Si bien la igualdad terminó con un “sabor amargo” para el bohemio porque jugó más de una hora con un futbolista de más, esta no fue un mal resultado.
El partido fue duro, trabado, luchado, con un Nacional que salió a golpear y lo tuvo como “cartón ligador” a Diego Seoane.
El 10 de Wanderers, en los primeros minutos de partido, fue víctima de reiteradas faltas; una de ellas terminó con la expulsión de Facundo Bertoletti.
A la primera situación de peligro la generó el equipo dirigido por José Luis Blanco: buena combinación por derecha entre Seoane y Lucas Suárez y la bola le queda a Óscar Denis, quien saca un potente disparo y se va apenas por encima del horizontal.
Del local muy poco, apenas insinuaciones a través de Deidy Herrera, la manija del equipo, al que le faltó compañía.
Wanderers, con la pelota, sobre todo cuando pasaba por los pies de Seoane, generaba “cosas interesantes”, aunque careció de profundidad y de un último pase claro.
Antes del cierre del primer tiempo, Lucas Suárez se lo pierde de volea, ante gran pase del 10 bohemio, que lo dejó de cara al gol.
Segundo tiempo
Poco y nada sucedió en el complemento. Si bien Wanderers dominó pelota y terreno, le faltó profundidad: fue un equipo lento y anunciado.
Los locales se dedicaron a defender y a cuidar el arco en cero, por la valía del gol de visitante.
Si bien hubo un claro penal a favor de Wanderers, no sancionado por Jonatan Ramos, por una clara mano de Yory López, el empate fue justo por cómo se dio el encuentro.
Jose Luis Blanco intentó modificar con los cambios, dándole ingreso a Germán Cabrera, Adrián Palles, Ramón Bolognini, Lucas Gerez y Lenadro Alves, sin resultados positivos.
La llave se definirá el fin de semana venidero en Durazno, y el bohemio está plenamente capacitado para obtener el pasaje a semifinales, frente a un rival que mostró poco, más allá del orden táctico.
Diego Seoane, fue blanco de continuas infracciones
El 10 de Wanderers fue víctima de reiteradas infracciones, varias de ellas muy fuertes, determinando su salida en el complemento.
Sobre los 26 minutos del primer tiempo, recibió un foul descalificador por parte de Facundo Bertoletti, siendo correctamente expulsado.
Fue un “patadón” a la altura de la rodilla izquierda, que perfectamente lo pudo haber roto, continuando en campo por amor propio.
Pese a las recurrentes faltas, ante un Jonatan Ramos demasiado permisible, Seoane continuó buscando e insistiendo, siendo uno de los puntos altos en Wanderers.
