A menos de un mes de que esté por ingresar el invierno y tras los anuncios de ingreso de un frente polar que ocasionará el desplome de la temperatura estos días, el fin de semana pasado varias familias apelaron a la estufa a leña, aire acondicionado, estufas eléctricas y a gas, entre otros artefactos.
Este clásico cambio de temperatura, además, trae consigo las enfermedades de estación, como la gripe y otras que afectan el sistema respiratorio.
Por lo tanto, ni bien descendió el registro en el termómetro, algunas personas aprovecharon para estrenar la temporada de elementos de calefacción, aunque varios ya lo habían hecho antes.
En tal sentido, la Dirección Nacional de Bomberos hizo una serie de recomendaciones que apuntan a la seguridad en el hogar, como tener cuidado en el uso y manejo de elementos de calefacción, limpiar estufas a leña, tratar en lo posible de que todos los elementos en los que conectemos algún electrodoméstico no estén sobrecargados de energía eléctrica —ya que se puede producir un corto circuito y, por ende, algún principio de incendio—, tener cuidado con estufas eléctricas, cocinas y aires acondicionados y tener los recaudos cuando arrojamos la basura en los contenedores, porque se han dado incendios cuando la gente deposita brasas aún encendidas.
Es por todo esto que tenemos que seguir trabajando en la prevención y distintas prácticas que sean necesarias para estar todos seguros.
La prevención como factor fundamental
Una acción importante a cumplir es que cuando las personas se vayan a dormir o tengan que ausentarse del hogar, procuren apagar en su totalidad el fuego de la estufa, en el caso de que sea a leña; desenchufarla si es eléctrica, y apagarla si funciona a gas, ya que el monóxido de carbono puede causar tos seca, malestar y dolor de cabeza y de garganta.
En la Dirección Nacional de Bomberos se maneja el concepto del “asesino invisible”, como lo es el monóxido de carbono, por lo que, en las habitaciones en las que tengamos elementos de calefacción, estas deben tener alguna abertura suficiente como para que el aire esté en continuo movimiento y así evitar que ese asesino invisible influya sobre el organismo, ya que comienza el ingreso de dióxido de carbono al organismo y uno no se da cuenta porque no lo siente, no lo ve ni lo huele; de ahí lo peligroso de la situación.
Otros cuidados
Asimismo, en tiempos en que se registran lluvias y la gente aprovecha el calor de los artefactos para el secado de la ropa, se deben tomar medidas de prevención, aunque no se recomienda secar la ropa frente a las estufas.
La estufa irradia temperatura y calor hacia la ropa, la seca en demasía, le quita toda la humedad y las prendas quedan acartonadas, y es en esa situación cuando la ropa ya está a punto de ignición del fuego; por lo tanto, se debe tener en cuenta todos estos aspectos para evitar siniestros.
No hay que olvidar la limpieza de las estufas y sus sistemas. A modo de ejemplo, en el caso de las que funcionan a leña, realizar un mantenimiento de los pulmones y las chimeneas, donde se acumula el hollín que se pega en las paredes y puede tomar fuego al tomar contacto con el humo caliente.
También se recomienda que a los aparatos los observe un técnico para estar seguros de que se encuentran en condiciones de ser utilizados y no lamentar inconvenientes.
El frío extremo y el peligro de sufrir hipotermia
El Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) anunció que desde hoy lunes hasta el miércoles 1 de junio se espera el ingreso de una masa de aire de origen polar. La zona más afectada será el suroeste, centro, este y noreste del país. Se esperan temperaturas mínimas de 3 grados bajo cero y sensación térmica aún menor. Este evento meteorológico comprende a todo el departamento de Durazno, se precisó desde la institución oficial.
Tomando en cuenta este escenario y el riesgo que tienen las personas que se encuentran a la intemperie de padecer las consecuencias de la baja temperatura extrema, el Ministerio de Salud Pública indicó que la hipotermia es la temperatura corporal peligrosamente baja, inferior a 35 grados centígrados. Ocurre cuando el cuerpo pierde más calor del que puede generar y frecuentemente es causada por una prolongada exposición al frío.
Las causas más comunes que provocan esta enfermedad son permanecer al aire libre durante el invierno sin protegerse adecuadamente con ropa o usar ropa húmeda por mucho tiempo, cuando hay viento o hace mucho frío; realizar esfuerzos agotadores, y no ingerir bebidas suficientes.
Entre las personas con mayor probabilidad de experimentar hipotermia se encuentran quienes viven en situación de calle, ancianos y niños portadores de una enfermad crónica —en especial los que presentan antecedentes de problemas respiratorios, circulatorios o cardíacos—, personas que están bajo efecto de alcohol o drogas y quienes desempeñan tareas al aire libre en horas de la madrugada.
A medida que las personas desarrollan hipotermia, pierden sus habilidades para pensar y moverse. Es posible que incluso no sean conscientes de la necesidad de tratamiento de emergencia. Además, pueden sufrir congelación.
Los síntomas abarcan somnolencia, debilidad y pérdida de coordinación, piel pálida y fría, confusión, temblores y frecuencia cardíaca y respiratoria lenta.
