Brenda González fue presidenta de la Liga del Trabajo de Molles. Siempre vinculada al campo, por nacimiento y por adopción, luego por ganas de seguir allí a pesar de las dificultades de ser mujer rural en los años 80 en el departamento de Durazno.
Dialogó con El Acontecer sobre aquellos tiempos, cuando ingresaba a un escritorio rural acompañando a su padre y no existían saludos para ella, solamente para el hombre. También conversó sobre el presente, cuando la democratización de la información acercó a las mujeres a la igualdad.
“Yo soy una mujer rural adulta, pasé la etapa de mi juventud como mujer rural, vivía con mis padres en el medio rural. Mi padre fue productor rural familiar, no éramos grandes. Siempre hice trabajos para afuera, nunca tuve esos impedimentos. Mis padres no hacían diferencias y eso es muy importante. Es muy importante cuando siento hoy la diferenciación que hacen los padres entre hijos varones y mujeres. Yo tengo un hermano varón pero nuestro padre nunca hizo diferencias en la crianza entre él y yo. Eso me dio libertad de pensamiento y de trabajo, libertad económica también”, comenzó diciendo.
Los primeros tiempos
Hoy se considera “un poco adulta”. Hace 35 años era una joven pujante que buscaba trazar su camino como empresaria agropecuaria. Tenía que batallar contra todo y todos.
“En aquella época, 30 y pico de años atrás, era mucho más difícil. No había medios de comunicación como ahora, la información no era tanta. Mujeres productoras no eran tantas como hay ahora. Yo fui productora rural cuando mi padre se jubiló, fueron 40 años de productora rural. Ahí aprendí a decidir, a darme cuenta que cuando se entraba a un escritorio rural siempre miraban al varón y como que a la mujer no la veían. Digo eso a modo de ejemplo, porque yo entré con mi padre cuando él se había jubilado a negociar la venta de lana. Lo saludaron todos a él, cuando él dijo que la que firmaba era yo, recién me saludaron y me conocieron. Yo estaba parada al lado de mi padre y tenía 25 años, ni buenas tardes me habían dicho, ni un ‘cómo te va’ o ‘cómo andas’. Es un ejemplo, una anécdota que me quedó por siempre”, narra.
El hoy
En los tiempos que corren enmarcados en un nuevo siglo, considera que actualmente “la mujer rural tiene más medios, más información, se puede vincular con más facilidad. Hay muchas más productoras rurales que en mi época, cuando éramos pocas. Hoy la mujer sabe defenderse, sabe hablar. Están las gremiales, cosa muy importante porque da información y fuerza. La información sobre todas las cosas brinda poder y el poder da liberta y fuerzas. Esa sería mi consigna para el 8 de marzo hacia las mujeres, ser informadas. Les deseo un buen 8 de marzo para todas las mujeres rurales y mujeres en general”, concluye y saluda desde El Acontecer.