El desarrollo del proyecto Arazatí generó opiniones encontradas en la oposición y el sindicato que reúne a los operarios de OSE. El llamado a licitación se concretará a la brevedad, anunció el presidente del ente, Raúl Montero.
Todas las empresas interesadas podrán participar en el proceso, pero el Consorcio Aguas de Montevideo —integrado por las empresas Saceem, Fast Tecnología Industrial, Berkes y Ciemsa—tendrá una “bonificación” porque fue el que originalmente propuso la iniciativa al gobierno, aseguró Montero a los colegas de El País. Agregó que esta condición estará incluida en el pliego.
El modelo de la obra será de “pago por disponibilidad”. Es decir, OSE empezará a pagarle a la empresa que esté a cargo cuando la obra esté terminada. Dijo que el gobierno se anticipa a una construcción que durará dos años y recién al tercero comenzará a pagar, con recursos de OSE. En total se estima una inversión de USD 200 millones, que el ente pagará con intereses en un máximo de 16 años. En el contrato se fijará una cláusula que dé la posibilidad de postergar el pago por un año por razones excepcionales y de fuerza mayor, añade la publicación del medio capitalino.
El presidente de OSE explicó que todavía están ajustando detalles como la periodicidad de los pagos, pero en cualquier caso la obra se terminará de financiar en las dos primeras décadas desde que comience.
Por la nulidad…
Ayer el director opositor en OSE, Edgardo Ortuño, anunció que recurrirá al Tribunal de lo Contencioso Administrativo para pedir la nulidad del acto administrativo mediante el que el Directorio del ente aprobó el proyecto.
Sostiene que no se le dio tiempo para hacer un “estudio serio mínimo” de la propuesta aprobada, que tuvo varias modificaciones. También dijo que “la tubería será de menor calidad” y la planta más chica a lo previsto originalmente.
Presupuesto
Montero explicó que el Directorio de OSE había analizado otras propuestas, pero optó por la última por ser la que más se adapta a su presupuesto, teniendo en cuenta la urgencia de garantizar el abastecimiento.
Finalmente, se pedirá la construcción de una tubería de 1.200 milímetros de diámetro y 80 kilómetros de largo, por donde circule el agua. No se incluirá en el proyecto la instalación de un recalque —es decir, un bombeo intermedio que hace subir el caudal de agua y da más capacidad de transporte—, pero Montero dejó abierta la puerta a que se agregue más adelante. “En un momento apuntábamos a la tubería de 1.500 milímetros (de diámetro), que además nos daba la posibilidad de aumentarla en el futuro con un recalque”, reconoció, y agregó: “Realmente los números se nos iban bastante lejos”.
Unos 200 millones
Los directores oficialistas de OSE consideraron que el costo inicial de la planta, USD 200 millones, es la mitad del presupuesto anual de la empresa, que está en el orden de los USD 400 millones. Montero aseguró que si de ese total se desquitaran los gastos de funcionamiento, los sueldos y el pago de deudas, a OSE solo le quedan USD 70 millones para invertir.
El proyecto incluye la construcción de un polder, que asegura la reserva de agua dulce cuando el Río de la Plata, que es un estuario, no la provea. Así se buscará reducir y contener los episodios de salinidad, que el ministro Adrián Peña reconoció el martes que pueden suceder en esta zona.
En el estudio de factibilidad que presentó el consorcio proponente, publicado por La Diaria en junio, se advierte que esto podría modificar las “escorrentías superficiales” y el “régimen hidráulico de cursos de agua”.
Amarilla señaló que todas las iniciativas tienen cierto riesgo de impacto ambiental, pero, por el contrario, esta será beneficiosa para la población en términos generales. “La mayor ventaja es que da disponibilidad de agua para el 60 % de la población del país. Supone una decisión estratégica en buscar una fuente alternativa de agua”, añadió.