jueves 9 de mayo del 2024

El frío de la tarde del miércoles atraviesa Durazno en todas las direcciones. No hay escapatoria posible, y menos en la carpa instalada en Santa Bernardina. El campamento se levantó al mediodía, y los dirigentes del transporte de carga que allí estuvieron durante algo más de 48 horas, se dispersan por todo el territorio nacional.

Ricardo Aloy es uno de ellos, con rumbo norte.
Nacido y criado en Rivera, tuvo un pasado de trabajador rural. “No es lo mismo recorrer la estancia a caballo, recorrer cientos de hectáreas, que estar a cargo de un camión de miles de kilos en una ruta nacional. Si me duermo en la estancia, no pasa nada. Si me pasa algo en la ruta, soy responsable de las vidas de muchas otras personas”.
Es parte de la charla que mantuvo ayer con El Acontecer, en su calidad de camionero internacional –atraviesa fronteras regionales con su camión de gran porte- y especialmente como secretario general del SUTCRA, el Sindicato Único del Transporte de Carga y Ramas Afines. El gremio de los camioneros, como se lo define.
Lo primero de lo cual nos habla es sobre la evaluación de la presencia del gremio en Durazno. “Fue sumamente constructivo, más bien una campaña de concientización. Bajar información a los trabajadores que sufrimos las consecuencias que venimos denunciando, también el pueblo porque sufre peores consecuencias que las nuestras cuando se trata de accidentes. En febrero hubo 5 fallecidos vinculados a accidentes con camión, y 3 fueron terceros, o sea gente que circula normalmente en un bus con 45 pasajeros o va a trabajar o pasea con su familia. Evaluamos como muy buenas estas tres jornadas de Durazno, desde ese punto de vista de informar”, relata a este medio.
A punto de emprender el viaje hacia otro destino, también informativo (el caso de Salto, por ejemplo, y Flores), agrega que el desembarco en Durazno sirvió por muchos motivos.
“Nosotros en realidad pudimos hablar con la gente, ese lugar es estratégico por la obra del puente, pudimos arrimar el volante con el informe y detalle de nuestra experiencia. Hubo una buena recepción, los medios de comunicación también nos escucharon y nos brindaron su espacio para poder llegarle a Durazno y la región. Cuando ya nos encontramos la gente sabe lo que estábamos haciendo allí, en Santa Bernardina”, acota.

En diálogo

¿Qué percibe la gente del sector del transporte, del camionero, de su accionar?
“Que hay desconocimiento enorme. Eso termina devaluando la capacidad, lo que hacemos nosotros como profesionales. Sí hemos sufrido consecuencias jodidas por ataques de la gente común que no tiene conocimiento de las condiciones, de lo que se sufre en el ámbito del transporte de carga y de pasajeros. Para simplificar, somos los que movemos la economía del país, quienes ponemos el alimento en la mesa cada día, a cada familia. Hay un deterioro importante, y la gente termina con estrés por la cantidad de camiones que circulan, por alguna cuestión que te va generando ciertos inconvenientes y nos terminan aislando de la clase trabajadora. Se pierde ese valor, que lamentablemente les pasa a los trabajadores mismos que se autodevalúan. Estamos solos en la cabina del camión, y nos excluimos. Debemos capacitar a los trabajadores para que sean buenos profesionales y tengan presente las consecuencias que surgen en caso de cometer negligencias”.

Podemos dividir la charla en dos partes. Por un lado lo que la gente piensa de ustedes, y por otro ¿qué autocrítica se hacen desde el gremio respecto al comportamiento en las rutas del conductor?
“Desde el sindicato es una cuestión que resalta un poco más ahora. Venimos hace 14 años denunciando la situación del transporte. Hemos sido los que dimos el puntapié inicial para que se capaciten los trabajadores. Hemos intentado, no hemos logrado avanzar por la forma limitada que existe de difundir lo que decimos. La prueba está en que hoy tenemos una evasión de 120 millones de dólares, a partir de un informe del BID por solicitud del MTOP, y eso lo denunciamos hace 14 años. Son mucho más que 120 millones, y nos preguntamos cuánto podemos hacer con ese dinero. Capacitar, mejorar la educación o la salud, mejorar a los jubilados y al BPS. Hemos buscado la forma. Debemos hacer la crítica porque no fuimos capacitados para andar de traje y corbata. No hicimos facultad, somos compañeros que ni siquiera completamos el ciclo básico educativo. Andamos rápido, y bajo esas condiciones suceden los errores, pero no somos los principales responsables. Si el Estado no controla, si hay empresas que todavía se dan el gusto de denunciar –hace pocos días- diciendo que hay evasión de 400 millones de dólares, que se incumple por parte del 90% de las empresas, entonces no somos parte de la responsabilidad pero sí debemos hacer autocrítica”.

Citaste la palabra ‘necesidad’. Cuando alguien fallece, de forma inmediata se buscan las culpas. El trabajador está muchas horas en el camión por necesidad, no descansa lo necesario, nunca dice que no a hacer más horas. ¿Qué opinión te merece?
“Sí, claro. Los trabajadores de carga pasamos la semana entera sobre el camión. Hay muchos que salen los lunes y vuelven el sábado de tarde a su casa, pasan las 24 horas vinculados a la máquina. Lo que genera esa inseguridad en el tránsito es la sobrecarga horaria que se genera por las formas de pago ilegales que se aplican al día de hoy por no haber control. Por eso la pregunta de millón siempre queda ante las autoridades… ¿Por qué no se define el mecanismo que arrojará información en tiempo real para que podamos partir de la base de una discusión seria y ahí ver el rumbo a tomar? Pero hay negativa y resistencia a instalar esto. De hecho cuando asume Heber el gobierno suspende la instalación de un sistema de control completo, íbamos a tener información imparcial y cada parte que efectuara denuncias sobre alguna infracción o incumplimiento íbamos a poder constatarlo allí. Se niegan a eso, y ni siquiera hay un plan B, alternativo”.

Las empresas por un lado te piden que hagas cierta cantidad de horas. Si dices que no, cuando te niegas, ¿qué pasa? ¿Hay temor a perder el trabajo?
“Sin dudas, tenemos el típico caso del compañero que tiró el puente peatonal en Montevideo en 2020, en donde falleció otro trabajador. De alguna forma planteaba que tenía 30 años de trabajo pero el camión y la empresa no cumplían los requisitos para continuar en la ruta. Una carga con esa altura debería haber tenido custodia del MTOP, una ruta asignada, pero si no quieres hacerlo baja tus cosas que va otro. En la mayoría de los casos te echan, y en segundo plano lo que hacen es alegar bajo rendimiento, te sancionan y te despiden por notoria mala conducta. Es complejo. Los casos que hemos resuelto en los ámbitos judiciales y donde nos ha dado la razón hasta la Suprema Corte de Justicia, son los trabajadores organizados. Cuando te expulsan por persecución sindical, logramos revertir. Pero el que no está organizado y tiene poca información o la necesidad, termina embretado en situaciones que vemos cada día”.

¿Hay lobby de las empresas con el gobierno para que no se instale este sistema de control?
“Sí, además tenemos al ministro (José Luis) Falero que es empresario, está vinculado directamente a las empresas de transporte. Hay un juego político patronal que termina incidiendo con una presión política económica que la ponen por encima de la vida. Eso decimos. Sin duda que sí, se nos ha planteado luego de la suspensión del propio ministerio, que habrá posibilidad de instalar algún sistema pero será seguimiento a la flota y así mejorarla, pero vemos que los choferes seguirán siendo los mismos”.

¿Tienen constancia de empresas que permiten y aceptan trabajadores que no están debidamente capacitados para manejar los camiones que circulan hoy?
“Sí claro, porque es la forma de abaratar costos o al menos mantener el margen de ganancias de las empresas. Citamos como ejemplo, un trabajador que accede a licencia profesional para conducir un taxi, termina ganando más en un camión. Pero no se limitan las jornadas de trabajo rigiéndose por la ley de 8 horas, al punto de trabajar de cualquier forma, sin descansos correspondientes, porque va a ganar 20 mil pesos más que en el taxi. El trabajador que debería ganar un monto equis por trabajar ciertas horas con descansos correspondientes, lleva a que debe viajar entre Rivera y Montevideo. Son 18 horas en total, con carga y descarga. Si no acepta ese viaje dentro de ese lapso de tiempo, se termina fraccionando ese jornal que está muy por debajo de la normativa vigente”.

Las empresas incumplen a nivel nacional. ¿Qué sucede a nivel de aquellas empresas de transporte internacional?
“Es peor aún, incumplen también. Tenemos un sistema de remuneración que son 8 horas más 4 horas eventuales extras en caso de generarlas. Si inicio el viaje recién paso a tener garantía de que voy a cobrar las 4 horas extras pero no se cumple tampoco, al no haber control alguno. El sistema de remuneración funciona a comisión, y la forma de cálculos nunca es con valores concretos. Es algo ilegal, somos choferes y no economistas o contadores para calcular cuánto voy a ganar, siendo que hay acuerdo tripartito en el Consejo de Salarios que dice cómo debo ser remunerado”.

¿Cómo está el gremio hoy, y cómo les gustaría que estuviera respecto a la adhesión?
“Como decimos, si llegamos a ser profesionales porque accedemos a una licencia de conducir, todos somos grandes y no debemos salir a convencer gente para que divise los riesgos por más plata que pueda llegar a ganar. Entonces crezcamos o elevemos el nivel de conciencia al punto de tener presente eso, y seguido de esto le decimos a la gente común que circula y se ha visto afectada que hay que tener cuidado. Hay que entender esta realidad y tratar de impulsar juntos lo que podamos a partir de nuestros planteos. Planteamos problemas, pero también soluciones. Cuando salgamos a reivindicar que no haya esa reacción negativa, porque la idea no es perjudicar. En algún momento debemos decidir, no puede ser que sigamos encontrando noticias de camioneros muertos. Si eso llega a ocurrir y que estamos propensos, es que deberíamos detener la marcha. Ahí nos van a escuchar y entender el nivel de gravedad que tenemos hoy en el transporte. Parar aunque sea 4 horas, es la forma de llegar a avanzar”.

Esto no ha tenido color político, hablabas de 14 años de lucha con gobiernos de todo tipo y partido.
“Más allá de la ideología política, venimos con una reivindicación concreta. Lo que decimos se refleja en la realidad. En 2019 acampamos por 38 días frente al Ministerio de Trabajo, cuando estaba Murro, y logramos que no se postergara más la instalación del Sistrac. Si no tienes la posibilidad de llegar a la opinión pública mediante medios masivos, es difícil que los compañeros entiendan que esto se debe revertir en los sitios que corresponde”.

Aloy dice que se ha logrado avanzar por varios motivos, a partir de las últimas movilizaciones. Cantidad de fallecidos en rutas y siniestros de tránsito han permitido hacer foco en el sector, y esa visibilidad –lograda y por lograr- se complementa con algunas denuncias puntuales de los últimos tiempos, por ejemplo, que habla de 120 millones de dólares de evasión del sector.
Durazno ya pasó, desde Santa Bernardina, ahora es tiempo de llegar a otro departamento para continuar con la prédica gremial del SUTCRA.

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