jueves 9 de mayo del 2024

El pasado fin de semana, estuvieron en la ciudad de Durazno destacados profesionales brasileños, representantes de distintas instituciones, quienes, junto a otras, han planteado el interés de encarar un trabajo en conjunto con las especies más emblemáticas de la fauna nativa. En esta oportunidad desean focalizarse en el Jaguar Panthera Onca, el mayor de los felinos sudamericanos, extinguidos en estado silvestre en Uruguay.

Según un informe elaborado desde el Departamento de Servicios, el cual se dio a conocer en las últimas horas expresa que “resulta evidente que los núcleos o ejemplares aislados de la especie en las diferentes colecciones, requieren un manejo integrado a nivel nacional antes de que se pierda una valiosa carga genética. Existen solo 12 ejemplares distribuidos entre seis instituciones en Durazno, Tacuarembó, Flores, Montevideo y Río Negro. En tal sentido, como acción preparatoria del plan, se ha coordinado la realización de jornadas de consulta técnica, con la llegada de profesionales brasileños con vasta experiencia en la especie objetivo”.
Los profesionales brasileños que visitaron el Bioparque “Washington Rodríguez Piquinela” el pasado sábado por la tarde y que estuvieron acompañados por autoridades de la Intendencia de Durazno fueron los siguientes: Giendendson Ribeiro (Médico Veterinario), Leonardo Silveira (Biólogo) y Richard Rasmussen (Biólogo).

La especie
El jaguar se encontraba desde el suroeste de los Estados Unidos, hasta regiones de Argentina, Brasil y Uruguay. Lamentablemente su distribución ha disminuido notoriamente. En la actualidad, en vida silvestre, solo se encuentran algunos ejemplares desde el sur de México hasta el norte de Argentina.
Este tipo de animales prefieren bosques y selvas densas cercanas a cursos de agua. Presenta una dieta carnívora, consume preferentemente ciervos, pecaríes, carpinchos, yacarés, tortugas, aves y peces. Son solitarios y muy territoriales, les gusta el agua y son muy buenos nadadores.
Se trata de un felino de gran porte cuya piel tiene un fondo amarillo rojizo, excepto en el interior de las orejas, en la parte inferior del hocico, las mandíbulas, la garganta y demás partes bajas del cuerpo, donde el color es más pálido, en la parte inferior de las patas predomina el blanco. Además, tiene las características manchas negras tipo rosetas, redondas, alargadas a rayas irregulares que se bifurcan en la cruz y vuelven a juntarse en el lomo, formando en los flancos líneas casi paralelas. La cola tiene anillos en su tercio posterior y no existen dos jaguares con el mismo patrón de manchas.
En su estado adulto puede pesar entre 45 a 130 kilos, eso depende de la sub especie, su longitud es de un metro con 70 centímetros a 2 metros con 30 y la altura puede alcanzar los 85 centímetros, mientras que la cola va desde los 45 a 75 centímetros.
La expectativa de vida de un jaguar en cautiverio oscila entre los 18 y 20 años de edad, mientras que en vida silvestre es mucho menor, poco más de los 10 años.
Así mismo, existen ejemplares de color negro, los cuales son llamados pantera y en Uruguay se encontraban ejemplares en todo el país, existiendo reportes incluso de avistamientos en la ciudadela de Montevideo en la época colonial. Las últimas referencias de esta especie en vida silvestre en nuestro país, datan del año 1904.

Melina es la única ejemplar de la especie en nuestro Bioparque
En el marco de un acuerdo alcanzado entre el Bioparque de Durazno y la Estación de Cría de Fauna Autóctona de Pan de Azúcar (Maldonado) llegó a nuestro departamento, en el mes de diciembre del año 2016, un ejemplar hembra de la especie jaguar, animal autóctono de nuestro país que lamentablemente en vida silvestre se encuentra extinto.
Con la llegada de Melina, así se llama la felina, se produjo la partida de ejemplares de ñandúes, patos, gallareta, chajás, cigüeñas, búhos, entre otros, lo que significa de vital importancia para ambas instituciones en el entendido de que se le está dando prioridad a la conservación y reproducción de especies autóctonas de esta tierra.
Cuando llegó a Durazno, Melina tenía tres años de edad, y compartía recinto con un ejemplar macho de avanzado estado de edad cariñosamente llamado “el viejo”.
La única ejemplar existente en el Bioparque Washington Rodríguez Piquinela cuenta con un gran potencial reproductivo, por lo que se es optimista pensando en el futuro de la conservación de la especie ya que es un animal muy saludable, aunque también tiene un carácter muy particular, es una hembra joven y fuerte con todo el perfil de que será una excelente madre, según se asegura desde el propio Bioparque luego de seis años que han tenido para estudiar su comportamiento y evolución.

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