Se trata de 273 kilómetros de trazado con 550.000 durmientes de hormigón y 13.000 toneladas de rieles.
En este proyecto hay 70% de trazado que se superpone con la vía antigua del tren y un 30% que se cambió, según detalló Anaïs Morallet, jefa de planificación del consorcio constructor.
La construcción implicó distintas fases, desde el movimiento de tierra y retirar cables y tuberías de servicios públicos, hasta construir 245 pasos a nivel, 125 puentes y 6 trincheras.
La conformación de la plataforma sobre la que se apoya la vía tiene distintas capas: “Hay una primera capa que se llama el sub-balastro; después viene el balastro, que es la piedra partida que se ve debajo de los rieles; luego los durmientes y los rieles”, explicó Morallet en la televisión capitalina.
Los puentes metálicos sobre el río Santa Lucía y Margat, en el arroyo Canelón Chico, tienen durmientes de madera, son nuevos y sustituyeron las viejas infraestructuras, que hoy descansan junto la vía con los antiguos rieles. En nuestra ciudad el puente sobre el río Yí mantiene su estructura original, que fue reforzada y luego revestida con acero corten, que le da ese aspecto oxidado.
Mientras en la región prácticamente el avance de obras es absoluto, el acceso a Montevideo y la llegada al puerto es lo que presenta más demoras.
El costo total de la obra asciende a USD 1200 millones, unos 200 millones adicionales al costo previsto originalmente.