Una investigación concluyó que los factores estresantes diarios y la reacción negativa ante estos disminuye con la edad. Cuantos más años, mejor control.
¿Es posible alcanzar la verdadera felicidad a partir de los 50 años? Una investigación reciente de la Penn State University, publicada por la American Psychological Association, ha revelado datos sorprendentes que sugieren que la respuesta podría ser afirmativa. Según el estudio, a medida que las personas cumplen años, su capacidad para enfrentar el estrés diario y su reacción negativa ante situaciones estresantes disminuye significativamente.
El estudio analizó datos de más de 3,000 personas con edades comprendidas entre los 25 y 77 años, durante un período de 20 años. Los resultados demostraron que los adultos más jóvenes, especialmente aquellos menores de 30 años, informaron los niveles más altos de exposición y reactividad al estrés. Sin embargo, a medida que envejecían, experimentaron una mejora en su capacidad para lidiar con el estrés.
En promedio, los adultos mostraron una reducción del 11% en los días estresantes, mientras que los adultos más jóvenes experimentaron una disminución aún más pronunciada del 47% en sus niveles de reactividad al estrés. Por otro lado, las personas de mediana edad y mayores continuaron experimentando una disminución en la aparición de factores estresantes con el tiempo, y aquellos que tenían 54 años o más al inicio del estudio mantuvieron niveles de reactividad al estrés estables a lo largo del tiempo.
La edad promedio de 50 años marca un punto crucial en la vida de las personas, en el cual han acumulado experiencias y aprendido recursos para enfrentar las adversidades. Aunque se aclara que esto solo se da en casos donde la disposición anímica está ligada a su integración psíquica.
Cómo se consigue la felicidad
Según Aristóteles, se logra con una vida basada en acciones virtuosas, sustentadas en el pensamiento, la justicia y la razón. Más austero, Albert Einstein opinó: “Una vida humilde y tranquila trae más felicidad que la persecución del éxito y la constante inquietud que implica”. Mientras tanto, Gandhi afirmaba que este estado de ánimo se alcanza cuando hay armonía entre lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace.
Aristóteles, Albert Einstein y Gandhi tenían enfoques diferentes sobre cómo alcanzar la felicidad, pero para Antar, la clave para lograrla reside en el desarrollo de la “función lúdica de la mente”. Esta función está relacionada con la capacidad de juego y humor, esencial para la “alegría del vivir”. Según él, este desarrollo es un proceso que nunca termina y que nos permite tejer creativamente nuestro mundo interno con la realidad externa.
En resumen, la edad parece ser un factor determinante para una mayor estabilidad emocional frente al estrés, lo que brinda a las personas una perspectiva más madura y positiva para enfrentar la vida. La búsqueda de la felicidad no tiene un camino único, pero el aprendizaje y la madurez emocional parecen ser aliados valiosos en este viaje.