Uno de los momentos más esperados en cada Congreso de la Federación Rural es la lectura de la declaratoria final, allí donde las federadas plantan bandera en un discurso que les representa y por el cual se muestran en la vereda opuesta al gobierno de turno.
En 2023 no fue la excepción.
Se habló de la preocupación sobre las consecuencias productivas, económicas y sociales de la peor sequía de las últimas décadas. Se reconocieron medidas de gobierno para buscar contrarrestar la situación, pero igualmente se está lejos. Se pide “fortalecer las herramientas de apoyo para la reactivación productiva”, ajustando “los tiempos burocráticos” a las necesidades de la producción, la cual ha garantizado la seguridad e inocuidad alimentaria a la población.
“Debemos continuar impulsando reformas que permitan tener una economía más competitiva. El atraso cambiario existente es un factor determinante que deteriora la competitividad de nuestro sector”, se indicó, al tiempo que se habló de condenar las “prácticas extorsivas” utilizadas por el sindicato de Conaprole contra la cooperativa, generando profundos perjuicios a los productores en momentos de serias dificultades.
En la oratoria se reconocieron avances sustantivos en seguridad rural, el esfuerzo del Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA) con los animales domésticos, pero se criticó la ausencia de logros respecto a los animales de producción. “El INBA no logra trabajar en políticas a nivel nacional que contemplen a los animales de producción”, se citó.
En otro pasaje se prometió continuar discutiendo la financiación y gobernanza de varias instituciones públicas y privadas vinculadas al sector, como por ejemplo el proyecto de la bichera.
“Le recordamos al gobierno el compromiso asumido en la derogación del 1% a los semovientes: un impuesto injusto, burocrático y sin fundamento”.
Ser gremialista
El presidente saliente de la FR, Martín Uría Shaw, brindó su último discurso al frente de la gremial nacional este fin de semana en la ciudad de Durazno.
“Los productores quedamos solos con el gobierno, porque sectores de la economía agropecuaria que en los buenos momentos disfrutan de la riqueza que se genera en el campo, se quedaron mirando desde la tribuna, con calculadora en mano cuidando su posición”, indicó textualmente.
En otro pasaje de su discurso mencionó la preocupación por la competitividad, el tipo de cambio y el acceso a los mercados y, en ese sentido, habló de “la necesidad de generar ese cambio estructural del Estado para ser más eficiente en la utilización de los dineros públicos para aliviar la mochila sobre los sectores privados”.
Finalmente se dirigió “a quienes no están relacionados con el agro”, para decirles “no somos los productores los responsables de todos los males. A las autoridades y el sector político les pido terminemos de definir qué país queremos”.