El líder de Viento de Cambio, el exdiputado duraznense Guzmán Acosta y Lara, volvió a referirse a la realidad de la colectividad, expresando que su gran desafío es ser el líder que tanto necesita el Partido Colorado (PC).
El director nacional de Telecomunicaciones y precandidato dijo querer “más incidencia del PC dentro de la coalición” y “tener una fuerte presencia en políticas sociales, mucho más que ahora”.
En nota concedida a los colegas de La Diaria, al referirse a su salida de Batllistas, recordó que el agrupamiento fue interesante ante la situación de Talvi porque había un grupo de gente diseminada en el batllismo que no tenía líder. “En ese momento yo no estaba en la actividad política, decidí volver porque creía que la coalición era necesaria, y para eso el PC debía tener una buena votación. Cuando vino Talvi me pareció interesante, pero cometió el mismo error de la candidatura de Pedro Bordaberry: liderazgo que no deja espacios a las otras patas del partido. Yo soy de los buenos y los otros son los malos o yo soy la nueva política y ellos son la vieja política, pero un partido debe ser mucho más plural que la polarización. Además, se cometió el error de que el que gana se lleva todo y no le deja espacio al contrincante o a los otros sectores. Pongo mucho hincapié en esto porque me parece que el liderazgo que tenemos que volver a tener en el PC debe ser más abierto”, añadió.
Independiente
Admitió no haber encontrado en Batllistas el proceso de renovación que entiende pertinente.
“Tengo una excelente relación con el doctor Sanguinetti. Lo nuestro no es un grupo contra él, sino un grupo independiente. Era necesario construir un nuevo espacio político, abierto, que le diera un contenido ideológico distinto al partido porque en las últimas dos elecciones el PC se fue vaciando de contenido, especialmente con una preponderancia hacia la derecha, cuando históricamente tuvo tres o cuatro vertientes. Ante eso, buscamos representar a mucha gente que no solamente se fue del PC, sino a otros sectores de la sociedad que hoy no se sienten representados ni siquiera en el propio Frente Amplio. Queremos un cambio dentro del PC, generacional, de ideas y de maneras y procedimientos políticos”, agregó.
Dos internas…
De cara a la elección del 2024, expresó que su fuerza política tendrá dos internas, “primero la de los colorados y luego la de la coalición. Imagínense la coalición si no estuviera el PC. El PC ha incidido en la coalición en cosas importantes, como la transformación educativa, pero yo quiero más incidencia del PC dentro de la coalición; entonces, vamos a tener una fuerte presencia en políticas sociales, mucho más que las que tenemos ahora. Vamos a trabajar y profundizar la participación del presupuesto nacional en regiones —no en intendencias— y que llegue de acuerdo con los intereses de los distintos actores regionales”.
No duda en afirmar que para incidir se debe tener un partido fuerte. “Si el PC no se fortalece y no tiene tres o cuatro candidaturas —que es lo que propongo desde ahora, por eso salgo a decirlo—, va a ser muy difícil que la coalición sobreviva, pero como el PC va a votar mucho mejor de lo que la gente cree”, señaló. “Con cuatro candidatos en la cancha, para todos los gustos, el PC va a empezar a retomar el camino de arriba del 16 %, que es a lo que aspiramos. Voy a trabajar activamente para eso; es mi gran desafío poder ser el líder que tanto necesita el PC”, añadió.
La dictadura en Uruguay
Sobre el grupo de trabajo creado por el Comité Ejecutivo Nacional del PC “para analizar la evocación histórica” del golpe de Estado de 1973 y las responsabilidades que tuvo el PC, Acosta y Lara dijo que “hubo mucha gente responsable del golpe de Estado, y no todo el PC participó. Muchos combatimos el golpe; yo tenía tres años, pero mi padre estaba en contra y fue proscripto. En 1985 no pudo ser candidato, fue de la última tanda de desproscriptos, conjuntamente con Jorge Batlle, o sea que mi posición es de rechazo rotundo hacia la dictadura y los efectos que tuvo.
Segundo: acá hubo responsabilidades importantes, no solamente de la guerrilla, también el desprestigio de la clase política. Algunos políticos no estaban a favor de los partidos políticos. El padre del senador Bordaberry [Juan María] era uno, no creía en los partidos políticos, y, por otro lado, algunos partidos veían la salida militar como la solución al estilo peruanista, como la gran sustitución de la democracia.
Después, si el CEN quiere hacer un análisis sobre qué parte del PC estuvo a favor y qué parte en contra, está en todo su derecho; yo creo que la historia es clara: hubo sectores del PC que apoyaron y otros —la gran mayoría— que no”.