Diferentes actores gubernamentales y privados vienen trabajando desde hace un buen tiempo –léase años- la posibilidad de construir viviendas sociales en madera en territorio nacional. La experiencia ya tiene antecedentes positivos, el caso de viviendas de Mevir en el departamento de Rivera, otros núcleos en Salto.
Durazno, al centro del país, es un punto de referencia a partir de estudios que desarrolla la Agencia Nacional de Vivienda (ANV) para futuras concreciones.
El Acontecer indagó en el informe de la hoja de ruta que elaboró en mayo de 2022 el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Cualidades de la madera
Existen dos factores que han posicionado a la madera como el material constructivo óptimo para el siglo XXI: productividad e impacto en el medio ambiente. Según datos entregados por la ONU, se espera un incremento exponencial de la población mundial de un 25% para los próximos 30 años, pasando de 7.700 millones de personas que habían en el 2020, a 9.700 millones para el año 2050, que en conjunto con el aumento de procesos de urbanización y de movimientos migratorios, se traducen en un incremento de la demanda de recursos, especialmente de vivienda, generando un déficit que deberá ser solucionado en un corto período de tiempo. Por otro lado, cada año se liberan en la atmósfera miles de millones de toneladas de gases de efecto invernadero (GEI), que incrementan la temperatura global aportando negativamente a la crisis climática mundial que vivimos hoy. Para hacer frente estos desafíos mundiales de las próximas décadas es necesario que los países implementen iniciativas que busquen un desarrollo más sostenible.
Existe necesidad de vivienda, construidas con materiales de baja huella de carbono, para una población en crecimiento. Por lo mismo, el gran volumen de construcciones nuevas que se levantarán las próximas décadas como solución al déficit de vivienda debe ser, desde un comienzo, responsable con la crisis ambiental, principalmente porque el sector de la construcción tiene un doble impacto sobre el medioambiente. En los informes a los cuales tuvo acceso este medio se habla de “la optimización de la construcción a partir de la prefabricación y el correcto diseño. Lo primero como efecto de un ciclo cerrado de producción donde se pueden crear subproductos de madera a partir de sus desechos, como los tableros de OSB o MDF, entre otros, fabricados a partir de las sobras generadas al producir listones de madera aserrada, y lo segundo, como resultado de una estandarización de la oferta de productos de madera industrializados y un desarrollo tecnológico exponencial de métodos de construcción prefabricada en las últimas décadas”.
Otro de los grandes beneficios ecológicos de la madera es lo que se conoce como “secuestro de carbono”, proceso que inicia en la etapa de forestación cuando los árboles absorben dióxido de carbono en su proceso de fotosíntesis y lo almacenan en su interior durante años, hasta que el árbol muere.
Expertas preguntas
Los expertos se plantean preguntas retóricas. ¿Por qué madera? Y presentan respuestas. ·Se trata de un material renovable, cuya producción será sostenible en el tiempo. Sus propiedades mecánicas son destacables al tener flexibilidad y bajo peso; tiene una alta capacidad aislante -siendo capaz de aislar el calor hasta seis veces más que el ladrillo, quince veces más que el hormigón y cuatrocientas veces más que el acero -; en piezas de gran volumen tiene alta resistencia frente al fuego -con un tiempo de colapso mucho mayor que las estructuras de acero por ejemplo- y, finalmente, ofrece la posibilidad de trabajar en faenas secas, lo que aumenta la velocidad de construcción y disminuye los costos”.
Es así que desde el gobierno se plantea la continuidad de políticas públicas y de Estado que surgieron en la anterior administración de gobierno. De hecho, el subsecretario del Ministerio de Vivienda –Tabaré Hackembruch- llegó al Congreso Nacional de Intendentes el pasado jueves acompañado de técnicos en la materia y expuso las bondades de la construcción en madera, así como el interés en desarrollar presencias de vivienda social en madera.
Convenios departamentales
Debido a la organización política-territorial nacional, existen convenios entre el MVOT, diferentes intendencias departamentales y otras instituciones interesadas que articulan la acción público – privada.
En la actualidad, prácticamente todas las intendencias integran estos convenios, los que surgen de manera puntual para resolver determinada situaciones específicas. Por esto, su duración es acotada, y son diseñados y desarrollados a medida, considerando las particularidades de las realidades existentes a nivel local y las capacidades institucionales de los diferentes departamentos.
Mientras las autoridades estudian qué hacer y cómo hacerlo, por lo pronto se aprobó en el seno del plenario del Congreso de Intendentes el traslado de la seguridad para la Dirección Nacional de Bomberos, y la normativa para construcción en madera a los gobiernos de cada departamento pero de manera unificada. Ello fue aprobado por unanimidad de los intendentes, y ahora será resorte de las juntas departamentales su continuidad de aprobación.
El caso Durazno
La superficie nacional puede ser dividida en tres zonas, clasificando el destino principal de la producción forestal y las especies tratadas, siendo que los departamentos con más concentración de plantaciones forestales son Rivera, Tacuarembó, Paysandú, Río Negro y Lavalleja. En la Zona Litoral Oeste y Centro se ubica Durazno, Paysandú, Río Negro y Soriano: esta área representa el 36% del total forestado nacional, su destino principal es la celulosa y en menor medida el aserrío, y las principales especies existentes son el Eucaliptus Grandis y el Eucaliptus Dunii.
Las experiencias en casas de madera en Uruguay es más ubicable en zonas de la costa, como Maldonado y Rocha.
“En Durazno es muy poco lo que hay, son casos contables con el dedo de la mano, y la experiencia no ha sido buena. Esto, porque culturalmente repele lo que es la construcción liviana. Ahora recién se están empezando a usar métodos alternativos de construcción, como steel framing, pero aún prima la construcción tradicional. La gente opta por este sistema porque lo ofrecen muy barato. El problema es que los constructores lo hacen más barato porque no le ponen todos los componentes necesarios, es decir, los hacen mal porque lo quiere hacer barato”.
Estas aseveraciones corresponden a un documento que se analizó en el informe del BID y el MVOT, al cual tuvo acceso El Acontecer.
Agrega “obviamente, hay empresas que lo hacen bien pero cuando se llega a la hora de comparar el único beneficio es la velocidad de construcción. Los sistemas no son malos, el problema es cómo los desarrollan para venderlos, hay tanta gente ofreciendo cosas alternativas y haciendo las cosas mal, que la gente está alerta de lo que está pasando y etiquetan los sistemas”.
Uruguay está mirando hoy hacia afuera. Europa con Alemania y Austria a la cabeza, Estados Unidos, lógicamente Japón.
Son naciones que tienen porcentajes de obligatoriedad para construir viviendas en madera.
Mientras en otros países se ‘obliga’ a construir en madera, la normativa de Durazno es de 1976, por lo que es prácticamente obsoleta. En Durazno se dan autorizaciones a la construcción de viviendas en cualquier tipo de sistema siempre que cumplan con las condiciones mínimas de ventilación, confort e higiene. Por un lado está el plan de ordenamiento territorial (es la implantación de la edificación), y por otro la normativa 961 de la IDD, que dice cómo tiene que ser la construcción. Esto se refiere al cómo son las dimensiones de dormitorios, baños, etc, y requerimiento de iluminación y ventilación. No tiene otros requisitos como la parte estructural por ejemplo. Para ingresar el permiso se necesita un técnico que revise y firme, un arquitecto o un ingeniero civil, y la intendencia se basa en ese respaldo. En términos de fuego, solo exigen la habilitación de Bomberos para locales comerciales, y edificios de propiedad horizontal.
En términos de costos, el informe agrega que la construcción ronda los 1.800 dólares el m2 con impuesto incluido para una buena vivienda. La vivienda social se ubica entre los 1.000 y 1.100 dólares el m2.