Debido a fallas en el radar que se encuentra bajo el dominio de la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica (Dinacia), ubicado en el predio perteneciente a la Brigada Aérea de Santa Bernardina, sobre ruta 14, el centro y norte del país quedó sin cobertura para los distintos vuelos que surcan nuestro espacio aéreo.
La Dinacia fue quien informó que se constataron fallas en el mencionado radar, lo que provocó que algunas rutas utilizadas por los vuelos tuvieran que ser modificadas para darles seguridad.
La falla se detectó el martes pasado a la hora 12:49 y se activó un sistema de emergencia, en el que se ordenó a las aeronaves a mantener una distancia de seguridad de diez millas náuticas entre sí.
En tiempos de redes sociales, donde existen comunidades aeronáuticas que mantienen informados a todos aquellos que están vinculados a esta actividad, como es el caso de Aeronáutica.uy, se comunicó que “normalmente los vuelos de Copa Airlines son transferidos desde Argentina por la vertical de Monte Caseros (próximo a Artigas) pero como el radar de Durazno nuevamente está dando fallas, el norte del territorio está a ciegas”.
Algunos vuelos debieron ingresar a nuestro territorio por Fray Bentos y otros que circulan por espacio aéreo uruguayo, tomando en cuenta la falla del radar de Durazno, debieron cambiar la ruta y surcar el cielo argentino para continuar hacia su destino.
Como ya ha sucedido en otras ocasiones, existe un plan de contingencia en el que se configura a los radares militares que posee la Fuerza Aérea Uruguaya para brindar cobertura y seguridad. De todas formas, con estas fallas, la industria aeronáutica se ve seriamente afectada por las demoras en los vuelos, por el costo que ello tiene —al cambiar de ruta—, la imagen de nuestro país en el contexto internacional, ya que se debe cumplir con las obligaciones que se rigen a través de la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI), y ni que hablar de los recursos económicos que nuestro país percibe por el sobrevuelo de nuestro espacio aéreo.
Arduo trabajo y alternativas a la vieja época
La Dinacia trabajó con la totalidad de sus capacidades a fin de solucionar el inconveniente a la mayor brevedad posible. Los días han transcurridos y el radar de Durazno, que tiene más antigüedad que el existente en Carrasco y Laguna del Sauce, ha presentado esta semana fallas intermitentes.
En el caso de que estos equipos radares fallen, siempre existen alternativas, pero hay que retrotraerse a otras épocas de la aviación porque se puede operar bajo otros sistemas, como el contacto por radio en frecuencias de VHF o UHF y la aproximación a la terminal aérea a través de una emisora de broadcaster, es decir una emisora de amplitud modulada: en el caso de Durazno, AM 960 Radio Yí o AM 1430 Radio Durazno y, en el caso de Carrasco, Adami y Laguna del Sauce, la emisora de amplitud modulada más cercana.
Control en nuestro espacio aéreo
Es de resaltar que nuestro país no solamente realiza el control y apoyo aéreo a las aeronaves que arriban o parten de los aeropuertos locales, sino que también se brinda cobertura a los vuelos que utilizan nuestro espacio aéreo y que tienen otros destinos como Chile, Argentina o Brasil, sin descender en nuestros aeropuertos.
Estos vuelos, como los domésticos, además de tener la obligación de presentar un plan de vuelo, tienen que encender el dispositivo denominado Transponder, el que emite una señal que es captada por el radar y se lo ubica en tiempo real. Si el piloto no enciende este dispositivo, no es detectado por estos radares, con el peligro para la navegación que ello representa.
De todas formas, la Fuerza Aérea Uruguaya dispone de dos radares militares: uno fijo en la zona de Santa Clara del Olimar y otro móvil que se puede desplazar a cualquier punto del país, cuya capacidad permite detectar este tipo de vuelos irregulares, que pueden ir desde una falta grave aeronáutica hasta el transporte de drogas, armas y contrabando.
Otro hecho en 2010
En marzo de 2010, durante varios días, el radar ubicado en el Aeropuerto de Santa Bernardina estuvo fuera de funcionamiento debido a una descarga estática de la atmósfera.
En aquella oportunidad, luego de verificado el inconveniente, las autoridades y los técnicos se trasladaron desde la capital del país a los efectos de traer los repuestos que permitieran al radar quedar operativo nuevamente.
La descarga estática se trasladó por la línea de cobre telefónica de Antel hacia la estación del radar, a través del módem de ingreso de transmisión de datos, lo que produjo una falla. El daño más importante fue que se quemó un capacitor que es parte del sistema integrado.
Este inconveniente motivó en aquella oportunidad a que los controladores aéreos tuvieran que volver a poner en práctica procedimientos que, durante muchos años, se utilizaron en nuestro país y que lejos están de las ventajas que ofrece el avance de la tecnología del presente.
Concretamente se utilizó otro sistema de control, mediante el cual las aeronaves reportan posición y distancia y el torrero va posicionando virtualmente la ubicación de las aeronaves para separarlos entre ellos. En el caso de la vigilancia por radar, es un sistema automático que da la distancia y altura y es mucho más sencillo, y el sistema que se usó en esa oportunidad, en la que no se contó con radar, fue un sistema que funcionó en nuestro país por 70 años sin inconvenientes ni accidentes aéreos, lo que puso en un grado de mayor alerta a los controladores y pilotos que estaban acostumbrados a un sistema más moderno.
Si bien hoy la noticia es la falla en Durazno, hay que hacer justicia con el noble y veterano radar, debido a que en los años 2019 y 2021 se presentaron inconvenientes en los radares de Carrasco y Laguna del Sauce y al soporte de seguridad lo brindó Durazno. Como en la vida misma, una de cal y otra de arena.