Un nuevo trabajo musical fue lanzado hace unos días, el primer single de Leandro “Lea” González, publicado en todas las plataformas de internet: Funkivísion.
Para conocer más sobre el nuevo lanzamiento musical, consultamos a su creador, el músico, cantante y compositor Leandro González, integrante de La Guevara, que en esta oportunidad lanza su primer single como solista. Para responder nuestras interrogantes el multifacético artista (-que es también actor, docente, diseñador gráfico y dibujante- nos pidió compartir un texto, en el que cuenta un poco su historia musical, y como nace esta nueva obra, letras que compartimos con ustedes.
En Blanquillo está mi caldo de cultivo
“Si me preguntan desde cuando soy músico, pienso sin contestar, desde siempre; desde que nací y escuché por primera vez ‘mis beatles’ de aquella época que eran Los Indómitos, orquesta tropical que supo integrar mi viejo y desde donde tuve mi primer contacto con esa mina de oro denominada ‘música’; recuerdo tener la ñata contra el vidrio de la sala de ensayo cada vez que íbamos a esperarlo, para un pibe de 5 ó 6 años es descubrir una nueva américa.
Mi viejo tocaba el bajo, me enamoré de la percusión.
“Si me preguntan mi primer instrumento, pienso sin contestar, los octapad digitales (también denominadas en la jerga musiquera como pailas), las que dibujé en una pared afuera de mi casa y golpeaba con dos ramas de árbol; en gobiernos conservadores escasean la comida y los instrumentos; ahí mismo aprendí la métrica tropical simple y el son de las tumbadoras, escuchando los casetes y repitiendo; escuchando y repitiendo. Le debo mucho al género tropical, aparte de aprender su técnica y su swing también aprendí a bailar. También recibimos comida en la mesa gracias a Los Indómitos.
Si me preguntan, crecí, integré una banda escolar donde me desempeñaba como el ‘redoblantista’ y gracias a mi hermano desarrollé el gusto por el rock; es ahí donde entran en juego los verdaderos Beatles y también Queen. Una verdadera voladura de cabeza, es la puerta a la perdición de cualquier preadolescente con las hormonas alborotadas.
Vagué por muchos estilos musicales, disfruté los Pilsen Rock y también formé una banda con amigos y hermano que hoy en día se mantiene en pie, La Guevara. En ese contexto me rebusco por descarte, para dominar un instrumento: el bajo. ¿Qué vueltas tiene la vida no?
Si me preguntan, la curiosidad nunca la perdí y aprendí de mi vieja a mirar allende a mi nariz, desde que tuve pc y un micrófono indagué en como grabar y es así que salen las primeras maquetas caseras con la banda, un verdadero crimen para el oído.
Si me preguntan, en cómodas cuotas consigo los implementos para grabar un poco más profesionalmente, me toma más de un año dominar lo básico y poder publicar mi primer sencillo.
Quien busca resultados inmediatos se hunde en la desesperación, la paciencia es una virtud que se cultiva.
Si me preguntan, se necesita un espacio propio para la investigación y el desarrollo musical, es vital crear un universo paralelo para seguir descubriendo nuevas américas.
‘Funkivísion’ nace de un acorde tocado accidentalmente. Si me preguntan, fue la pólvora…”