El árbitro del encuentro Sportivo Yí y Nacional, por la categoría Sub-13, se refirió a la situación vivida el sábado, con motivo de una persecución policial que finalizó a metros de la cancha El Abrojal.
El sábado se vivió un hecho bastante inusual en un escenario de fútbol, que generó una gran conmoción en un partido correspondiente a la categoría Sub-13.
En el complejo El Abrojal —escenario del club La Lanera— jugaban Sportivo Yí y Nacional, por una fecha organizada por la Liga de Fútbol Infantil de Durazno. En un momento dado, se observó un móvil policial, en persecución de un birrodado, y posteriormente se escucharon algunos estruendos, similares a disparos de armas de fuego. Inmediatamente, el árbitro del partido, Alejandro Méndez, detuvo el juego y, con un muy buen atino, solicitó a los menores que se arrojaran al piso, boca abajo.
“El encuentro transcurría de forma normal. Sobre los nueve minutos, siento un estruendo y lo primero que veo es a la policía y hago que los chiquilines se arrojen al piso, boca abajo”, cuenta Méndez a El Acontecer.
“El hecho se produjo a unos 150 metros del escenario El Abrojal, arco que da a la ciudad”, precisó. “Vemos que la policía baja con armas y observo una moto. El episodio duró unos 10 minutos. Se sintió solo un estruendo, que dicen que fue una bala de goma. Uno atina a proteger a los niños, que se portaron muy bien”, añadió.
Luego del episodio vivido, el encuentro continuó su marcha, con un “ambiente enrarecido”, que no era normal por la situación originada. “Seguimos arbitrando, aunque no fue lo mismo. Los niños nos preguntaban qué había pasado. Son niños que se van a divertir”, comenta Méndez.