Carlos Rodríguez, estudiante de la licenciatura de Ciencias Políticas, salió en rescate del llamado a sala como mecanismo de control político.
Impulsor del Pensando Durazno —espacio que nació a fines del 2016 buscando el soporte y amplificación de voces que quieren ser escuchadas y que tienen algo para decir—, Carlos Rodríguez Torres, se pronunció sobre diferentes temas que hacen a la realidad del departamento del centro del país.
En momentos en que el presidente de la Junta Departamental y el intendente coordinan la fecha en que el llamado se concretará, afirmó que el mencionado mecanismo para la democracia local ha sufrido el desprestigio de los que no se sienten cómodos con la correlación de fuerzas actual en la Junta.
“Estoy convencido de que los llamados a sala son una de las tantas herramientas de control político fundamentales para el desarrollo del pluralismo y el fortalecimiento de la democracia en nuestro departamento”, indicó. Define al llamado a sala a nivel departamental como uno de los pocos poderes de contralor que tienen los partidos en los legislativos locales, siempre y cuando lleguen al tercio necesario de los votos para activar el mecanismo. “Sin embargo, sus efectos son atenuados por las características del régimen ‘hiperpresidencialista’ que impera en el segundo nivel de gobierno. Esto es la mayoría automática absoluta de ediles para el partido ganador (a pesar de no haber obtenido el 50 % +1 de los votos), las escasas prerrogativas de las juntas departamentales y los inmensos poderes de los intendentes. En definitiva, al finalizar el llamado, tanto ediles como intendentes van a seguir ocupando sus puestos legítimamente obtenidos mediante la votación popular”, agregó.
El último llamado
Recuerda que el 18 de octubre del 2021 se llevó adelante el primer llamado a sala después de 16 años. “Lo que presenciamos en esa ocasión fue una sesión extensa en su duración y pesada en su dinámica. Con casi 13 horas de duración y un temario igual de extenso (15 temas), sumado a las lecturas de informes jurídicos que llegaron a durar más de 40 minutos cada uno, la instancia se tornó de difícil acceso para la población local. La dilución de las preguntas y respuestas por parte de los implicados se percibían como una forma de filibusterismo, técnica utilizada para obstruir y bloquear el desarrollo de la sesión”, indicó.
Sostiene que la inconveniencia del formato como mecanismos de control de los partidos con representación parlamentaria —que se supone representan a sectores de la población diferenciados entre sí— radica en los elementos anteriormente mencionados. “La extensión y las técnicas de evasión por parte del ejecutivo para responder a las preguntas muy genéricas y poco claras por parte del miembro interpelante hacen imposible el análisis y el acceso a la información que allí se puso en juego.” “Al final de cuentas no se llegó a ninguna conclusión contundente”, agregó. “Para la opinión pública local, lo que ocurrió allí fue un bodrio, que duró un montón de horas y que solamente los implicados y algún colgado de la materia podrían sacar alguna conclusión al respecto. Con este antecedente, el ánimo general de los medios de comunicación y formadores de opinión en nuestro departamento con respecto al nuevo llamado a sala se podría resumir como ‘más de lo mismo’.”
Si nada se hace, el beneficiado es Vidalín
“El desprestigio y la poca expectativa por este acontecimiento futuro es una realidad”, expone Rodríguez al referirse al llamado a sala. “Pero cómo puede ser que tras 16 años sin poder convocar al intendente a sala para que rinda cuenta a uno de los poderes del Estado se llegue a esta situación”, se pregunta. “Las respuestas pueden ser variadas, pero solo voy a tomar dos elementos para contestarla: la responsabilidad de los medios de comunicación y de los sectores políticos implicados en la función de contralor. Tanto en las interpelaciones a nivel nacional como en los llamados a sala a nivel departamental, la cantidad de información que se pone arriba de la mesa puede llegar a ser muy voluminosa y eso es esperable. Sin embargo, los medios de comunicación, por ejemplo, deberían de invertir recursos para analizar, depurar y seleccionar la información que allí se expone, generando los marcos de interpretación del hecho que vaya en consonancia con su línea editorial. Pedir es fácil, pero es sabida la problemática situación económica de los medios de comunicación del interior y, en algunos casos, su dependencia de los recursos públicos que muchas veces los limita en sus funciones”, añade.
“Los partidos/sectores y sus —muchas veces ausentes— cuadros técnicos son también responsables de esta situación”, manifiesta. “Estos deberían de invertir en recursos técnicos y humanos para procesar la información que se genera en las instancias del llamado a sala en función de sus intereses políticos prácticos. Me animo a decir que esta tarea es una obligación de quienes pretenden llevar adelante la instancia ya que estos tienen intereses directos en controlar y generar el hecho político que refuerce su posición en el sistema”, agrega.
“No hay mayor beneficiado de la situación que el intendente si no se hace nada al respecto, ya que cuenta desde el vamos con la situación ventajosa de tener la mayoría que lo respaldará al finalizar la sesión”, señala. “No hay mayor beneficiado de la desinformación que un ejecutivo que tiene poca cultura de transparencia y pocas intensiones de rendir cuentas sobre sus actos. Es por eso por lo que, cuando este llamado a sala suceda, las cosas deberían de cambiar si no se quiere caer en el desprestigio generalizado, no sólo de esta herramienta, sino de la política en general como forma de mejorar la calidad de vida de los duraznenses”, concluye el análisis.