Ha transcurrido más de la mitad del programa Frío Polar, que impulsa el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) en Durazno con otras instituciones —como Brigada Aérea II, Hospital Dr. Emilio Penza, Jefatura de Policía e Intendencia de Durazno—, donde se atiende a personas en situación de calle.
Se trata de un proceso que comienza con las recorridas para verificar la presencia de personas en situación de calle, posteriormente en el hospital se les hace una revisión médica y en forma voluntaria son trasladados al albergue transitorio nocturno, que funciona en la sede de la base aérea de Santa Bernardina, donde se les brinda alimentación, una ducha y un lugar cómodo para dormir.
Desde que se comenzó a implementar este programa en el presente año, se atendió a un universo de 60 personas. Esto no quiere decir que fueron todas a la vez ya que, al ser voluntaria la concurrencia, no todos asisten todos los días. Según informó a El Acontecer Víctor Larregui, director territorial del Ministerio de Desarrollo Social, el día en el que concurrieron más personas fue un total de 13.
“En este tiempo se han alternado unas 60 personas. Jamás las tuvimos simultáneamente, tenemos un pico de 13 personas. Del total de personas, el 10 % son mujeres y el restante 90 % son hombres. Hemos tenido una respuesta de muy buena calidad de parte de la Brigada Aérea, quien nos abrió las puertas de su casa y han atendido a las personas que se refugian ahí de la mejor manera. Hemos recibido muy buena respuesta de la Intendencia departamental, que nos ha estado apoyando en forma permanente; la Jefatura de Policía, quien a través de la comunitaria y de las diferentes seccionales están todos los días trabajando con la gente en situación de calle, y sin lugar a dudas un apoyo muy importante del Hospital Dr. Emilio Penza. Toda una actuación interinstitucional que nos permite trabajar de la mejor manera con todas estas 60 personas que han pasado durante los 2 meses que van de refugio”, destacó Larregui.
Un día de trabajo
Para tener una idea del trabajo que se realiza de lunes a domingos, el personal del Mides interactúa con Policía Comunitaria desde las primeras horas de la mañana a los efectos de cruzar información, ya sea por la constatación de gente nueva que aparece en situación de calle, de aquellos que se presentan en la sede del Mides o de quienes lo hacen en alguna seccional policial.
“A los nuevos le pedimos lo mismo que se le pidió a los que concurren al refugio. Primero deben de concurrir al hospital y solicitar una certificación médica que les permita ingresar al refugio. A la hora 18:00, realizamos nuestra primer recorrida, 18:30 abrimos las puertas de las oficinas del Mides para recibir gente que voluntariamente concurren al refugio y 19:30 iniciamos el traslado hacia la Brigada Aérea II.
Dentro del refugio, ni bien llegamos las personas se ubican, hacen la higiene, en forma instantánea se les brinda la cena y posteriormente se los deja descansar hasta la mañana siguiente, donde se les brinda el desayuno”, contó.
En cuanto a la convivencia, un tema para nada fácil, Larregui indicó que ha sido tranquila, más allá de alguna diferencia típica de la convivencia de los seres humanos. “La convivencia mejora y desmejora. Si se me pregunta por los últimos diez días, venimos en una convivencia de excelencia, como la que quisiéramos para todo el refugio. Hay que tener en cuenta que se trata de gente muy particular que a veces traslada los problemas que tienen en la calle al interior del refugio, y eso desmejora y distorsiona la calidad de la convivencia. Anoche se quedaron ocho personas —cinco varones y tres mujeres— transcurriendo con normalidad.”
La tarea de la reinserción familiar
Las circunstancias de la vida hicieron que estas personas se encuentren en esta situación de vulnerabilidad, donde no tienen vivienda, trabajo estable ni contención familiar. Por ello, el equipo técnico del Mides trabaja para lograr revincular a estas personas con sus familiares. “Es un trabajo que hacemos en sociedad entre el Mides y la Policía Comunitaria. Nosotros no le negamos el refugio a nadie, pero hablamos con esta gente: descubrir de dónde vienen, averiguar el motivo por el cual están donde están, sus vínculos familiares, y tratamos de que retornen al seno de sus familias, sus afectos y barrios, que es donde creemos se van a encontrar más cómodos.”
Un dato importante es que del universo de 60 personas que han pasado por el albergue transitorio nocturno un 25 % no son oriundos de nuestro departamento.
Algunas personas se niegan a concurrir
En la tarea diaria, el Mides dispuso de tres funcionarios —dos técnicas y el propio director territorial— y el Departamento de Promoción Social de la Intendencia sumó una funcionaria y un chofer. Además, se cuenta con dos agentes de Policía Comunitaria y el personal de guardia del Hospital Dr. Emilio Penza y de la Fuerza Aérea.
No es nada fácil el trabajo ya que varias personas que se encuentran en situación de calle se niegan, a pesar de la insistencia, a concurrir al albergue transitorio nocturno. “Nos pasa todos los días de ver gente que debería ir al refugio y se niegan insistentemente. Tienen la decisión firme de no ir y no hay forma de llevarlos. Aducen de que ellos están en situación de calle durante el día y que por las noches tienen lugares donde refugiarse como algún galpón, techo, casa abandonada. El refugio es abierto y su concurrencia es voluntaria”, remarcó Larregui.
Está previsto que el programa se extienda hasta finales de setiembre.