Así como sucedió el domingo 24 de julio, cuando se registró la visita del embajador de la República Bolivariana de Venezuela, el viernes pasado se concretó la llegada a la capital del Yí del embajador de Ecuador en nuestro país, Dr. Roberto Illingworth Cabanillas.
Aquí el embajador fue recibido por el intendente Lic. Carmelo Vidalín, con quien compartió una reunión, posteriormente brindó una conferencia de prensa, seguidamente compartió un almuerzo de trabajo y luego hizo una recorrida por diferentes puntos de la ciudad, en los que se contempló el Bioparque Washington Rodríguez Piquinela, el casco histórico de la ciudad y algunos emprendimientos.
El jefe comunal destacó los lazos de amistad entre ambos países, las posibilidades de cooperación e intercambio en varios rubros —como el productivo, el cultural y el deportivo— y la buena sintonía en el embajador ecuatoriano, quien indicó que están dadas las condiciones para un hermanamiento entre la ciudad de Durazno y Nabón, una ciudad de su país.
En este sentido, Vidalín expresó que se prevé una serie de visitas para avanzar en estos temas. “Tenemos previsto el hermanamiento de Durazno con una ciudad de Ecuador. Vamos a trabajar en el área turística, comercial, deportiva y cultural, intercambiando actividades”, comentó.
Por su parte, el representante diplomático indicó que fue un placer conversar y seguir avanzando en el proyecto de hermanamiento entre las ciudades de Durazno y Nabón y brindó algunos detalles de la localidad ubicada en el sudoeste de su país. “Es una ciudad que tiene mucho empuje en lo artesanal, con los emprendedores, en lo agrícola, y queremos hermanar a estas dos ciudades con el ánimo de que entre ellas dos coadyuven a un mejor desarrollo mutuo. Igualmente, en lo que significa al turismo y a la infraestructura de las ciudades. Yo creo que Durazno tiene mucho que enseñar, darle y aconsejarle a Nabón en esa área principalmente de infraestructura ciudadana.
Durazno ha demostrado un crecimiento muy grande en los últimos años, y creo que en gran parte debido a la trayectoria y administración del intendente Vidalín, así que para nosotros la experiencia que tiene él, los resultados que se lograron, van a ser muy importantes para nuestras ciudades.
Yo me siento muy honrado de estar en el Uruguay, un país al que quiero desde hace muchos años. La primera vez que estuve aquí fue hace 47 años y desde ese día me enamoré de Uruguay, donde uno se siente como en casa”, aseguró Illingworth.
Se aspira a que la firma del hermanamiento se pueda concretar antes de que finalicen los festejos del bicentenario de la fundación de la Villa San Pedro del Durazno, que se extenderán hasta octubre.
Intercambio de presentes
Como es tradicional en este tipo de encuentros, hubo un intercambio de presentes. Illingworth le obsequió a Vidalín un característico sombrero modelo Panamá, un libro donde se destaca un trabajo especial sobre Guayaquil y otro libro con recetas típicas de Ecuador. En tanto, el jefe comunal entregó una canasta repleta de productos artesanales, elaborados en el interior de nuestro departamento —entre los que se encontraban licores, dulces, jaleas, aceite de oliva, entre otros—, y de artículos del merchandising del bicentenario como tazas, imanes y llaveros.
La ciudad con la que se hermanará Durazno
La ciudad de Nabón es un cantón de la provincia del Azuay de 668, 2 kilómetros cuadrados, ubicado al sudeste. Una de sus características geográficas es la dispersión de su territorio; tiene una población de 15.121 habitantes, distribuidos de la siguiente manera: el 6,9 % en la zona urbana y el 93,1 % en la zona rural; 6.926 son hombres y 8.195 son mujeres. La actividad principal de sus habitantes es la agricultura.
Una particularidad relevante de la población del cantón Nabón es la presencia de población indígena (el 35 % del total se autoidentifica como indígena, según el último censo). En este cantón coexiste la población indígena y la mestiza, lo que le ha merecido el título de Patrimonio Cultural del Ecuador. Sin embargo, estas poblaciones mantienen una relación que valora menos lo indígena.
En paralelo, la pobreza del cantón ha obligado a que sus pobladores migren hacia las ciudades de la costa ecuatoriana, hacia Cuenca y hacia otros países como España, Italia y Estados Unidos, creando vínculos que lejos de fortalecer un intercambio cultural entre iguales y de ver la diversidad en el cantón como un elemento singularizado, en la práctica, se ha tornado en un factor para el mayor desconocimiento, desvalorización y discriminación de la cultura indígena local.
Esta situación no es ajena al gobierno local ni a los líderes de las comunidades indígenas, quienes ven esta situación con preocupación y plantean hacer algo, por lo que, por la falta de recursos, buscan apoyo para promover el reconocimiento, la autodeterminación y el empoderamiento cultural.
En cuanto a su bandera, se divide en dos franjas: la superior de color verde, donde en su extremo izquierdo aparecen cuatro estrellas, y la inferior es de color amarillo.