No tan lejos de la capital del Yí, aproximadamente a 40 kilómetros de distancia por la ex ruta 4 se encuentra el paraje Feliciano, lugar en el que sorprende gratamente no observarse un solo papel tirado en la calle y eso obedece al compromiso que tienen los vecinos con la limpieza de su “pueblo” conformado por dos complejos de viviendas de MEVIR, una policlínica, la comisaría correspondiente a la 12ª sección, una escuela pública y tres almacenes de esos característicos de ramos generales.

Allí no existe una junta local sino una oficina del denominado Centro de Desarrollo Local dependiente de la Intendencia de Durazno que cuenta con una sola funcionaria municipal, la joven Macarena Rojas quien ha realizado un trabajo de hormiga concientizando puerta a puerta a los vecinos para que mantengan limpias las calles no arrojando residuos en la vía pública, por aquello de que una comunidad limpia no es la que más se limpia, sino la que menos se ensucia.
En coordinación con el Departamento de Servicios, División Limpieza de la comuna, se dispuso de la entrega de contenedores individuales donde los vecinos depositan los residuos domiciliarios y el camión recolector concurre los miércoles a levantar los mismos, realidad que cambió a partir de esta semana ya que desde Durazno se enviaron cuatro contenedores nuevos, de los que se están colocando en los distintos barrios de la ciudad y localidades del interior, donde se apunta a mejorar el servicio que se está brindando lo que fue muy bien recibido por los habitantes locales.

De “El Sauce” a “Feliciano”
Quienes peinan canas recuerdan que ese paraje se denominaba “El Sauce” tomando el nombre de un pequeño arroyo que se encuentra a las afueras del poblado, aunque con el tiempo, no se sabe a ciencia cierta el motivo, pasó a denominarse “Feliciano” , mismo nombre de un arroyo que se encuentra a escasos kilómetros.
Si hacemos un poco de historia, en el año 1990 fueron inauguradas las primeras viviendas del primer plan de MEVIR, sumándose un segundo en 2002, cambiando la fisonomía del lugar donde los clásicos ranchos de barro y techo de paja dieron paso a la modernidad de este tipo de complejos habitacionales. La fuente de trabajo que predomina en la zona son las tareas rurales y también se encuentra el grupo “Las Abejitas” conformado por mujeres rurales quienes elaboran distintos productos.
Como sucede en toda la campaña, la población tiende a disminuir, prueba de ello es que en el censo del año 1975 había 83 habitantes; en 1985 eran 73 los residentes, para 1996 el número se situaba en 68, mientras que en 2004 se incrementó a 110, para descender a 77 en el año 2011 y en 2024 el número de pobladores ronda las sesenta personas, pero si se toma en cuenta aquellos que viven en zonas rurales cercanas este número podía incrementarse de concretarse un tercer plan de viviendas que es una de las aspiraciones que se tiene.
Otra realidad que preocupa es el constante tránsito de camiones por el lugar donde al costado de la ruta se encuentra la escuela, se pretende la colocación de carteles de señalización de disminución de la velocidad e incluso la instalación de reductores de velocidad, la fiscalización para que se respete y de ser posible, la colocación de carpeta asfáltica ya que esa circulación de camiones provoca una nube de polvo casi constante.
Otro anhelo de los vecinos es el de recibir capacitación profesional para intervenir en primeros auxilios, aumentar la frecuencia de la presencia del médico en la policlínica y tener algún tipo de instrucción para saber cómo responder ante la ocurrencia de incendios, tomando en cuenta la presencia de chacras y áreas forestadas en la zona.

Esperan por aprobación de nominación de calles
Los habitantes realizaron una colecta para construir un pequeño monolito en el que colocaron una placa en homenaje a quien donó el terreno en el que se construyeron los dos planes de viviendas. El mismo se inauguró el pasado 28 de diciembre y dice lo siguiente “En reconocimiento a Felipe Fernández Saffores por su donación del terreno para construir viviendas de MEVIR”
Ahora los vecinos se encuentran a la espera de que se apruebe a nivel del Ejecutivo y la Junta Departamental el proyecto que el pasado 15 de julio elevaron para nominar a las distintas calles del poblado, eligiendo los siguientes nombres: Feliciano, Caballero, Los Tapes y Rincón de Los Tapes, como mensaje de unidad de los habitantes de los distintos parajes de esa zona del departamento, agregando a esa lista el nombre de Felipe Fernández Saffores por las razones antes mencionadas.