A través del procesamiento de lana rústica, mujeres del interior potencian el trabajo artesanal y fortalecen la economía local.
Mujeres rurales de Durazno integran un proyecto que apunta al agregado de valor a la producción ovina familiar, mediante el procesamiento artesanal de lana rústica. La iniciativa abarca también a trabajadoras y trabajadores de Tacuarembó, Rivera y Cerro Largo, y busca fomentar el encadenamiento productivo entre la fase primaria de la producción ovina y el desarrollo de productos textiles.
La propuesta forma parte de las Intervenciones Territoriales Específicas (ITE) impulsadas por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), a través de la Dirección General de Desarrollo Rural. Participan además el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) en los procesos de capacitación, organizaciones de productores, empresas privadas y gobiernos departamentales, en coordinación con el Sistema Nacional de Desarrollo Rural (SNIDER).
De la esquila al hilado: una cadena de saberes en movimiento
El proceso comienza con capacitaciones que abarcan todo el circuito productivo de la lana: desde la esquila, el lavado y el cardado, hasta el peinado, hilado y confección de prendas. Se utilizan bastidores triangulares, cuadrados y rectangulares para la elaboración de productos textiles diversos.
“Estamos desde el año pasado. Lo primero que hicimos fue aprender todo el proceso de la lana, hasta llegar al hilado con rueca. Ahora seguimos con la confección de prendas”, relató Sonia Bude, jubilada de Vichadero (Rivera) que integra uno de los grupos.
La iniciativa también ha generado redes territoriales entre mujeres de diferentes localidades del noreste del país, como Tupambaé, Santa Clara, Melo y parajes rurales a lo largo de ruta 7. “Tenemos una conexión hermosa, intercambiamos conocimientos y vamos juntas a los eventos”, señalaron desde el grupo de mujeres artesanas del centro del país.
Exposición en la Gira Corriedale
Como cierre de mayo, los grupos participantes organizaron una exposición de productos elaborados con lana durante la Gira Internacional de la Raza Corriedale, en la Sociedad Agropecuaria de Cerro Largo. Allí se exhibieron las creaciones textiles resultado del aprendizaje colectivo, el rescate de técnicas tradicionales y la innovación artesanal.
Este tipo de instancias no solo visibiliza el trabajo de las mujeres rurales, sino que representa un avance concreto hacia la diversificación de la producción ovina, generando valor agregado y alternativas de ingreso para las familias del interior.











