La semana pasada —concretamente el miércoles, el jueves y el viernes—, más de un centenar de estudiantes y docentes de escuelas y liceos y público en general de la zona este del departamento concurrieron al establecimiento Las Pitangas, donde funciona una estancia turística, para participar en actividades paleontológicas que llevó adelante Rafael Casas, un devoto y coleccionista de los fósiles.
Según se puede leer en National Geographic, “Cuando amanecía el período Devónico hace unos 416 millones de años el planeta estaba cambiando su apariencia. El gran supercontinente de Gondwana se dirigía gradualmente hacia el norte, alejándose del Polo Sur, y empezó a formarse un segundo supercontinente que se extendía por el Ecuador. Conocido como Euroamérica, o Laurasia, se creó por el encuentro de zonas de América del Norte, norte de Europa, Rusia y Groenlandia.


Unos sedimentos de color rojo, generados cuando América del Norte colisionó con Europa, dan nombre al Devónico, ya que estas rocas tan características se estudiaron por primera vez en Devon (Inglaterra).
El Devónico, parte de la era Paleozoica, también se conoce como la Edad de los peces, ya que produjo una considerable variedad de peces. Los más formidables eran los placodermos con protección ósea, una especie que apareció por primera vez durante el Silúrico con poderosas mandíbulas alineadas con placas en forma de cuchilla que actuaban como dientes. Los primeros placodermos se alimentaban de moluscos y otros invertebrados, pero las últimas especies se convirtieron en monstruos feroces rebanapeces que medían hasta 10 metros de longitud. Otros tipos de peces con placas óseas que carecían de mandíbulas desarrollaron una amplia gama de formas extrañas. Los especímenes fósiles incluyen especies con cabezas en forma de herradura y otras que parecían escudos redondeados”.
El Devónico aflora en el Cordobés, y eso puede verse en las costas del arroyo justo antes de que desemboque en el Río Negro, en el establecimiento turístico Las Pitangas, que lleva adelante la familia de Liliana Casas y Fernando Eiraldi.
Invitado, como organizador y tallerista, concurrió el hermano de ella, Rafael Casas, quien, además de ingeniero agrónomo y escritor, es un apasionado de la paleontología y de coleccionar fósiles. Las vitrinas se llenaron de restos fósiles —algunos recolectados en esa zona— y quedó todo listo para recibir a estudiantes de las escuelas rurales, escuela y liceo de La Paloma y de Blanquillo y público en general, quienes concurrieron y se enteraron de dónde estaban parados.
La muestra paleontológica incluyó fósiles de animales que vivieron en esa zona en el Pleistoceno (1,8 Ma – 10.000 años) y en el Holoceno (10.000 años – actual). También hubo muestra y extracción de fósiles del Devónico, según relató Rafael.
Todos invitados
En la zona de Paso del Gordo, a unos 40 kilómetros de La Paloma, se encuentra la estancia turística Las Pitangas, con un entorno hermoso para salir del estrés de la ciudad y donde se puede encontrar restos fósiles que tienen más de 400 millones de años.
Es un lugar digno de ser visitado, con habitaciones y desayuno incluido (todo casero). Además, tiene una vista excepcional: desde la altura se ve el monte y el arroyo Cordobés, al norte el Río Negro y Tacuarembó y del otro lado del arroyo el departamento de Cerro Largo.