Los bosques son mucho más que la suma de sus árboles; son ecosistemas muy complejos formados por comunidades de plantas, animales y microorganismos que interactúan entre sí, con el paisaje y el clima.
Los bosques cubren casi un tercio de la tierra a nivel mundial, lo que equivale a 4060 millones de hectáreas. Más de la mitad de los bosques (54%) del mundo se encuentran en solo cinco países: Rusia, Brasil, Canadá, Estados Unidos y China.

En Uruguay representan aproximadamente un 5,2 % del territorio (unas 850.000 hectáreas). Pero estos no son todos iguales. En el país hay bosques ribereños, serranos, palmares y bosques parque. Además, constituyen un importante recurso turístico.
Estos datos relevantes fueron aportados desde la página electrónica de UTEC (Universidad Tecnológica) como preámbulo de dar cuenta acerca de las acciones que se realizan desde la entidad educativa para preservar el bosque ribereño del río Yí en el departamento de Durazno.
“A pesar de su reducida extensión en el país, los bosques nativos tienen una gran relevancia ecológica, económica y social en Uruguay”, sostuvo la bióloga Sofía Cortizas, docente encargada de Áreas Básicas de la Ingeniería Agroambiental de UTEC que se dicta en Durazno.
Allí viven especies de plantas y de fauna autóctona únicas en el país. Por eso, los bosques juegan un rol muy destacado en la generación de hábitats para la fauna y flora. Cerca del 90 % de las especies de árboles y arbustos, reptiles y mamíferos, el 61 % de las aves y el 38 % de los anfibios en Uruguay dependen de los bosques como hábitats fundamentales para su supervivencia en nuestro país, indicó Cortizas desde la web institucional de UTEC.

Se agrega que existen dos tipos de bosques en el mundo: los bosques generados de forma natural, que son la mayoría (93 %), y los bosques plantados (7 %).
Sobre los primeros se considera que su estructura y sus procesos ecológicos no han sido alterados de manera significativa y se componen por especies nativas de flora y fauna. “Estos bosques nativos son considerados como ecosistemas naturales, productivos, resilientes y renovables”, sostuvo la docente.
Los otros bosques son como las plantaciones forestales, aquellas que están compuestas solamente por una o dos especies forestales que crecen con una edad uniforme.
Los bosques de generación natural han disminuido desde 1990 hasta ahora en todo el mundo, mientras que los bosques plantados han aumentado a 123 millones de hectáreas, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Bosques y salud
En el eje de brindar cifras relevantes, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) brinda un número que llama la atención y alarma al mismo tiempo. Indica que cada año el mundo pierde 10 millones de hectáreas de bosques.
“Los bosques juegan un papel fundamental para el medio ambiente, la población y la economía”, agregó la docente de UTEC. Al ser fijadores de grandes cantidades de carbono, los bosques contribuyen a regular el clima a nivel global, pero también a nivel local, mejorando por ejemplo las condiciones ambientales para el ganado; “la presencia de áreas sombrías en los campos ganaderos mejora el bienestar animal y la producción”, señaló. Muchas aves e insectos que viven y se alimentan en los bosques participan en la polinización de cultivos. Otras especies también pueden contribuir a regular pestes agrícolas o enfermedades.
“Los bosques cumplen funciones asociadas a la protección del agua y el suelo; por ejemplo, los bosques ribereños retienen sedimentos y nutrientes, contribuyendo a mantener y mejorar la calidad del agua que llega a los ríos, reduciendo así la contaminación”, comentó Cortizas
Si bien la producción de leña es el recurso más conocido que generan los bosques, “se han identificado otros tipos de productos cosechables como por ejemplo alimentos, forraje, miel, aceites esenciales y medicinas”.
Estos son algunos de los motivos por los que la conservación y restauración de los bosques es fundamental para la salud de las personas. Si bien el reconocimiento de la importancia de los bosques para la seguridad alimentaria y la nutrición ha aumentado, su función para la salud humana ha recibido menos atención.
Además, los bosques sanos ayudan a almacenar el carbono y reducen el riesgo de contraer enfermedades infecciosas, gracias a su filtración del agua y el aire, que también nos protegen de las enfermedades producidas por la contaminación.
A conservar el río Yí
En este artículo difundido por la UTEC con sede en la ciudad de Durazno, se brinda un especial espacio a la conservación y restauración del bosque ribereño del río Yí.
Mantener los bosques y su biodiversidad es complejo y delicado, y los impactos naturales y humanos en los ecosistemas forestales lo hacen cada vez más difícil. Por eso hay iniciativas internacionales que buscan protegerlos y por eso también se celebró este 21 de marzo el Día Internacional de los Bosques.
Uruguay es signatario del Convenio de Biodiversidad Biológica, un tratado internacional que compromete a los países a conservar y restaurar los ecosistemas que proporcionan servicios esenciales y que contribuyen a la salud, los medios de vida y el bienestar. Esto implica poner en práctica un plan de acción nacional en materia de conservar la diversidad biológica. Además, los bosques están declarados como un ambiente prioritario para la conservación en el Plan Estratégico del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, los ecosistemas de todo el mundo han sufrido los efectos de las actividades humanas y nos están llevando a la llamada sexta extinción masiva. Esto significa que en un breve período de tiempo geológico se extingue un alto porcentaje de la biodiversidad o de distintas especies. En respuesta a esto, la ONU ha declarado 2020-2030 la década de la restauración de los ecosistemas, apuntando a la mitigación de la degradación de los mismos y la pérdida de biodiversidad.
La UTEC desde el Instituto Tecnológico Regional Centro-Sur con sede en Durazno hace su aporte para la conservación del bosque a orillas del río Yí, un detalle del cual da cuenta El Acontecer.
Es así que se trabaja en el proyecto Brota Monte, que busca conectar a la comunidad local con la naturaleza como forma de revalorizar el bosque ribereño del río Yí. Se trata de un proyecto que lleva adelante el Grupo de Agroecología Sustentabilidad y Medio Ambiente de UTEC, con el apoyo de la ong Vida Silvestre, UTU, la Intendencia de Durazno y la asociación civil BUEM.
La iniciativa es financiada por el Programa de Pequeñas Donaciones y propone acciones para la conservación in situ y ex situ del bosque ribereño del río Yí, en la zona de San Borja del Yí, con un fuerte componente de participación comunitaria, en el que se beneficia principalmente a jóvenes estudiantes y mujeres.
“Los resultados permitirán contar con la caracterización de la flora y la fauna presente en San Borja del Yí realizada de forma participativa; un plan de restauración del área que implique la reforestación con especies nativas y el control de especies invasoras; el fortalecimiento de una red de personas, organizaciones de la sociedad civil e instituciones que trabajan para la conservación del patrimonio cultural del departamento de Durazno”, concluye el informe.