Para Ramón Ruiz, representante de los trabajadores ante el directorio del BPS, “la actual reforma jubilatoria es un parche que está condenado al fracaso”.
Este miércoles, el directorio del BPS concurrió ante la Comisión Especial de Diputados que está analizando la reforma jubilatoria para brindar sus puntos de vista sobre el proyecto del gobierno. Los tres directores -jubilados, empresarios y trabajadores- se han pronunciado en reiteradas oportunidades contrarios al proyecto de reforma que promueve el presidente Lacalle Pou.
Injusta
En diálogo con el Portal del PIT-CNT, Ruíz explicó que no es un dato menor que los tres representantes sociales se opongan al actual proyecto oficial. Sostiene que se trata de una reforma jubilatoria “injusta” y lo que el país necesita es otra reforma, pero “integral”.
“Reafirmamos la posición que ya hemos adelantado de que otra reforma es posible y en base a esto es que debemos utilizar todas las herramientas que nos ofrece la democracia, como son el derecho a protestar, a movilizarnos y participar, para enfrentar y frenar este proyecto de ley. Tenemos, además, la obligación y responsabilidad de darle perspectivas a la gente”. En este sentido, agregó que los trabajadores “estamos en contra de esta reforma jubilatoria porque es injusta” y al mismo tiempo, “entendemos que otra reforma es posible”.
Un parche
El representante de los trabajadores en el directorio del BPS destacó que “la reforma -para que sirva como una solución para los grandes desafíos que tiene la seguridad social- debe ser integral y no solo jubilatoria, ya que una reforma jubilatoria sola termina transformándose en un parche que está destinado al fracaso. Hoy se necesitan cambios estructurales que garanticen la economía y el sistema financiero del sistema, pero también se debe garantizar la parte social. Es muy importante preocuparse y ocuparse del financiamiento de la seguridad social pero es importante subrayar que la seguridad social no solo se sostiene desde el punto de vista económico, sino también desde el punto de vista social. Por eso hay que encontrar los consensos imprescindibles para que la reforma sea legítima y sustentable en el tiempo, desde el punto de vista social”, indicó.
Diálogo
Para Ruíz, la reforma de la seguridad social “es posible con diálogo, es estructural, integral y nos debemos preocupar por el financiamiento y la viabilidad social del sistema. Por eso se deben incluir nuevas fuentes de financiamiento”. No solo debe existir preocupación por el déficit, también se debe garantizar la calidad de las prestaciones y la ampliación de la cobertura en la seguridad social, sostuvo.
“Las nuevas fuentes de financiamiento tienen que apuntar a mantener la calidad de las prestaciones y mejorarlas, por ejemplo, para las personas con discapacidad, las y los niños de la primera infancia, para apuntalar y apoyar el Sistema Nacional Integrado de Cuidados. Porque la seguridad social existe para proteger a las ciudadanas y ciudadanos cuando tienen alguna contingencia. Su rol no es que los grandes números de la economía mejoren, es el de proteger a las y los trabajadores, las y los jubilados y pensionistas”.
No duda en expresar que se equivoca el gobierno cuando insiste en que el costo de esta reforma lo paguen los trabajadores, retirándose con más años, aportando más al sistema de seguridad social y cobrando menos jubilación.
“Es imposible sostener que se va a bajar el déficit y que se va a reducir la trayectoria del gasto. No se puede mejorar el monto de las futuras jubilaciones sin introducir nuevas fuentes de financiamiento y al mismo tiempo reducir el gasto de la inversión que se le hace a la seguridad social”.
Aportes
Consultado sobre el cuestionamiento por parte del gobierno en relación a que no han existido aportes o ideas de quienes se oponen al proyecto oficial, Ruíz afirmó que eso es “falso”. En este sentido, aseguró que durante la discusión que existió en la Comisión de Expertos, el economista Hugo Bai propuso iniciativas. “El tema es que estas iniciativas de los trabajadores no le gustaron al gobierno y no aceptó discutir la forma de financiar la seguridad social. El gobierno no estuvo de acuerdo con analizar el actual sistema con el cual se financia la seguridad social”.
Nosotros propusimos analizar los cambios que se producen en el mundo del trabajo y en base a eso definir nuevas fuentes de financiación, agregó Ruiz. A modo de ejemplo, indicó, propusimos que aquellas empresas que introducen nueva tecnología o cambios que pasan por la automatización, robotización o nuevas plataformas para desarrollar tareas que antes hacían trabajadores, hicieran más aportes. “En este sentido planteamos un impuesto a la ganancia que genera la incorporación de nueva tecnología. El gobierno no estuvo de acuerdo”, dio cuenta.
Discrepancia
Por otra parte, recordó que se marcó la discrepancia con las inequidades del sistema actual de financiamiento, ya que según explicó, “aporta lo mismo un frigorífico que una carnicería, aporta lo mismo una multinacional que un pequeño comercio; hay sectores empresariales que no aportan nada a la seguridad social porque están exonerados”. El sector rural aporta muy poco, aporta la cuarta parte de lo que aporta un pequeño empresario, dijo.
“Propusimos analizar el actual esquema de financiamiento y el gobierno no estuvo de acuerdo. Es falso decir que no hicimos aportes y no presentamos propuestas. Lo cierto es que las propuestas no quisieron ser analizadas”, culminó.