León Gieco en cárcel de mujeres ofreció un show inolvidable, acercando arte y esperanza a internas de la Unidad N.º 5 del INR.
Un lunes distinto. El reconocido músico argentino León Gieco protagonizó una emotiva jornada en la Unidad N.º 5 del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), donde brindó un espectáculo cargado de sensibilidad, arte y compromiso social para mujeres privadas de libertad.
Este gesto, impulsado por el Ministerio del Interior a través del INR, se enmarca en una política de acceso democrático a la cultura, reconociendo el arte como herramienta transformadora y de rehabilitación. El show de Gieco marcó así el comienzo de una serie de presentaciones artísticas en distintas unidades penitenciarias del país.
Una visita cargada de humanidad
Durante su visita, León Gieco no solo compartió sus canciones más emblemáticas, sino que ofreció palabras de aliento y cercanía. “La música humaniza, y aquí estamos humanizando. Me pasan cosas diferentes a las que siento en un recital común. Aquí suceden otras cosas que hay que saber descubrir”, expresó el artista, visiblemente conmovido por la experiencia.
Por su parte, el Ministro del Interior, Dr. Carlos Negro, subrayó el valor simbólico de la presencia del músico en el establecimiento penitenciario. “Tienen preso el cuerpo, no el alma, y tienen derechos”, afirmó. “Esta es una bocanada de aire fresco para personas que están atravesando un momento difícil de la vida, como consecuencia de un delito por el que están pagando”. También señaló que esta actividad es la primera de una serie de espectáculos que se realizarán en centros de reclusión.

Reconocimiento desde el afecto
Al cierre del evento, las internas entregaron a Gieco dos obsequios elaborados en los talleres del centro: una matera de madera hecha en el taller de carpintería y un tapiz con el dibujo de una guitarra, confeccionado en el taller de costura. El gesto fue recibido con gratitud por el artista, quien se mostró emocionado por la calidez del intercambio.
El evento fue una muestra tangible de cómo la cultura puede abrir caminos de encuentro, humanidad y redención, incluso en contextos de privación de libertad. La presencia de Gieco reafirmó que el arte sigue siendo una fuerza poderosa para dignificar y transformar vidas.