La sequía es tremenda, enorme, abrumadora. Golpea a todos por igual, desde productores agrícolas hasta ganaderos, pasando por pequeños chacreros. También afecta sobremanera al turismo interno que vive de los pequeños cursos de agua, a determinados oficios.
Unos y otros otean el horizonte a diario para observar rastros de tormenta alguna, sin mayores señales.
El Instituto Nacional Uruguayo de Meteorología, INUMET, también registra a diario lo que sucede en el horizonte. Y ante el anuncio de falta de lluvias, da cuenta de las categorías en que podemos enmarcar esta sequía del año 2023, que ya data del 2022.
Para el departamento de Durazno estamos hablando de “sequía extrema”, un color rojo que pinta prácticamente todo el territorio del centro del país. En aquellas pequeñas zonas geográficas donde aún impera el color amarillo –desde Pueblo Centenario al litoral, región lindante con Río Negro a través del curso de agua homónimo, además del área con epicentro en Cerro Chato- la sequía se cataloga como severa.
Así, dos definiciones que surgen desde la entidad oficial para catalogar la sequía que sufrimos los duraznenses por estos días de enero.
Inclusive en una pequeña zona lindera entre Durazno y Florida, área con epicentro en Sarandí del Yí, la sequía es “excepcional”.
El Centro Regional del Clima para el sur de América del Sur e INUMET fueron los organismos técnicos encargados de definir la sequía en el mapa del Uruguay.