En la tarde de ayer, se presentó al público la primera parte de los trabajos de recuperación y restauración del Palacio Penza, espacio que cuenta con un rico patrimonio tanto en lo arquitectónico como en obras de artes y muebles.


Momentos antes de la apertura del Palacio Penza, diario El Acontecer dialogó con la responsable de realizar las obras de restauración, Claudia Frigerio, considerada una de las restauradoras más importantes del Uruguay, que cuenta con una destacada trayectoria, con importantes trabajos en la recuperación patrimonial.
La profesional indicó que su trabajo, junto a su equipo, lo comenzaron en el mes de marzo, en los bienes muebles en taller, llevando los mismos a Montevideo, en los que se incluyen tanto la obra escultórica -acervo de la casa- y los muebles. de gran valor patrimonial.
Luego ya en Durazno, en la finca trabajaron en la restauración de aberturas, pisos, ornamentación, y todo lo referente a pinturas, en paredes del hall -patio interior- y patio exterior.
Frigerio dialogó extensamente sobre el trabajo realizado, destacando el importante valor del palacio y su acervo patrimonial.
¿Cuánto tiempo llevó el trabajo y por dónde se comenzó?
“Comenzamos en marzo, con una etapa primera de trabajo de los bienes muebles en taller. Lo que hicimos fue llevar a Montevideo varias de la obras muebles, en los que se incluye tanto la obra escultórica, acervo de la casa y los muebles.
Trabajamos en unas once esculturas desde mármol, en marmolit, -técnica inventada por un alemán, perfecta imitación del mármol a base de marmolinas- esculturas en bronce y petit bronce. Varias de las esculturas presentaban roturas, faltante de partes, muchos quiebres en varias partes, hubo que construir manos, piernas, partes de piezas que faltaban, y corregir una intervención anterior, que se hizo a principios de siglo, que degradaron un poco las obras con mucha pinturas y patinas que estaban causando corrosión. Hubo que quitarlas porque las esculturas ya tenían problema de corrosión, estaban bastante afectadas, por lo que hubo que hacerles un tratamiento al respecto para protegerlas, para luego si poder recuperarlas.
Los muebles, son de estilo, con dorados a la hoja. Hermosos muebles, entre ellos una banqueta imperio con dorado a la sisa que le llaman, un dorado de mucha calidad, que ahora no se ve, con hoja de oro.
Esa banqueta hubo que desarmarla completamente y encolarla. En los muebles de estilo tratamos de rescatar todo lo que pudimos respecto de los originales y tuvimos que hacerles un tratamiento por los xilófagos, para después consolidarlos, rellenando toda esa perdida de materiales para darle fuerza a las estructuras, para terminar con un lustre francés, el mismo lustre que se utiliza para los pianos.
Luego de los bienes muebles, ingresamos a la parte de lo que se llama inmuebles por destino, que sería las vestiduras de la arquitectura.
Trabajamos en ese caso en las pinturas murales, que son de gran calidad.
Lo primero que se hizo fue mandar a analizar al exterior muestras de todas las pinturas murales, para conocer cuales eran los materiales, materia compositiva de las obras. En base a estos análisis, podemos conocer en cada una de las pinturas murales -que son todas diferentes- que técnicas se utilizaron, que materia constitutiva tiene, conocer cada uno de los extractos. Ahí pudimos determinar por ejemplo -que a mi me llamó mucho la atención, porque no había visto nunca en Uruguay- que el aglutinante de las pinturas murales grifol (los murales que se ubican en el interior de la casa con motivos florales), es un mucílago, cuando en general los aglutinantes son pinturas al óleo, como dio el resultado de los murales del patio. Eso quiere decir que en cuanto a la técnica, digamos que son frescos a seco, técnicamente -el buon fresco, que se llama en italiano- se hacía sobre el revoque húmedo, y sobre él las capas de colores.
En el caso de los frescos a seco, se hace una base de preparación y sobre ella, sobre lo seco se pinta con diferentes técnicas, en este caso por ejemplo en al patio fue la técnica al óleo” expresó.
¿Donde encontraste la mayor dificultad para realizar tu trabajo, cuáles fueron los principales problemas a abordar?
“La principal afectación en el caso de los murales fue producto de la humedad y también tiene que ver con el encierro de la casa, cuando no corre aire se generan microorganismos. En el hall teníamos una gran biocolonización, sobre la capa pictórica, de hongos y microorganismos que afectaban en forma importante la pintura mural, ocasionando diferentes problemáticas que hubo que resolver. Se eliminó esa colonización y luego se comenzó a trabajar en la fijación de las zonas con desprendimientos, para recuperarlos. Una vez fijado y asegurado la conservación de la pintura, se realizó una limpieza, para la cual también hubo que hacer una serie de estudios, para determinar cual era el sistema de limpieza más idóneo.
Luego de la limpieza lo que se hizo fue, la restauración en si misma, nivelando todos los faltantes de la capa de preparación y capa pictórica, para luego pasar ya al final que es la reintegración de color, con colores de restauro, que se pueden revertir en cualquier momento.
Todos los procesos cumplen con los principios básicos de la conservación, que es que toda la intervención pueda revertirse en algún momento. Cuando un restaurador necesite volver a intervenir en una obra, todo lo que se hizo con anterioridad se debe poder revertir sin afectar la obra, eso en el caso de las pinturas del hall” acotó.
Pero la mayor complejidad fue en las pinturas del patio, que son murales al óleo, que estuvieron expuestas a humedad por filtración y ambiental. Esta exposición generó que hubiera un masivo desprendimiento de la capa pictórica de la base de preparación, hubo varias zonas perdidas, había escamación. En los casos que todavía no se había desprendido que por suerte fueron muchos, lo que hicimos -que lleva mucho tiempo- fue la fijación de todas esas escamas, adherirlas al muro, para luego realizar todo el proceso de limpieza siempre con estudios previos para el uso de solventes y demás, y finalmente la reintegración de color con la técnica de regatino y puntillismo, otros de los principios básicos de la restauración. Cuando una persona se acerca al mural a una distancia menor a un metro, debe poder determinar claramente cuales son las áreas que están intervenidas por el expectador, pero cuando se está a más de un metro, no debe ver cual es esa parte intervenida, es importante lograr esa unidad estética en la apreciación del conjunto” afirmó.
Además de los murales, ¿en qué otras obras se intervino?
“Trabajamos en la reintegración de color en las ornamentaciones, que visten la sala y la reintegración de dorados, perdidos y faltantes, dorados a la hoja. También hicimos la restauración de todas las aberturas en madera, del frente y las del patio principal, y luego realizamos una limpieza muy delicada, muy suave de los pisos, que tienen un valor, de un interés patrimonial muy importante. Los pisos son valencianos, cerámicas Noya, en España fueron declarados de interés, de hecho los ingresamos en el sitio mundial de Noya, porque esos pisos fueron característicos de una época en España.
Su inventor, Noya, creo esa técnica, estos pisos son diferentes a los pisos que estamos acostumbrados a ver de baldosas hidráulicas, están hechos de pequeñas piezas de 5×5 encajadas, encastradas, conformando imágenes en el piso completo. Los arquitectos españoles que revalorizaron estos pisos, nos indicaron que indudablemente para realizarlos, vinieron especialistas desde la fábrica Noya, para hacerlos, por la exactitud que tienen en el armado del diseño.
Fue bastante interesante, no hay manera de formar un piso Noya si no se tenía una preparación exhaustiva de como hacerlo, de hecho muchos restauradores y personas de esto siglo, que quieren arreglar estos pisos, no logran hacer el cierre del encastre perfecto, era algo que llevaba años de especialización” acotó.
Acto de apertura
El acto de apertura del Palacio Penza, fue encabezado por el intendente de Durazno Carmelo Vidalín, junto a varios directores de la comuna, presidente y varios ediles de la Junta Departamental de Durazno, la arquitecta a cargo de la obra edilicia Mariela Garrido y la restauradora Claudia Frigerio.
En el lugar se encontraba parte de la familia Montero, últimos habitantes del Palacio. El Ing. Raúl Montero fue invitado a expresar algunas palabras, quién recordó sus años de niñez en el lugar, y lo difícil que se le hizo a su madre y a la familia mantener esta finca, por toda su riqueza patrimonial. Agradeció especialmente a quienes realizaron la restauración del Palacio, a la arquitecta, a la restauradora y a la Intendencia de Durazno.
Seguidamente hizo uso de la palabra Claudia Frigerio, quién dio cuenta de la labor de restauración realizada, destacando las bellezas del palacio, desde su construcción y ornamentación, hasta los muebles y obras de arte que allí se conservaron a pesar de tiempo. Finalmente agradeció a la Intendencia por contar con su trabajo y a la arquitecta Garrido, destacando el buen equipo que conformaron.
Cerrando el acto habló el intendente Carmelo Vidalín, realizando un repaso de todas las obras patrimoniales que a lo largo de su administración se han realizado, recuperando espacios edilicios como también naturales, comenzando por el interior del departamento para finalizar por la ciudad capital. Resaltó también la restauración del Palacio Penza, destacando tanto la labor de la arquitecta Garrido, como de la restauradora Frigerio.
Seguidamente hubo un momento musical, a cargo de la Orquesta de Cámara del Conservatorio Departamental de Música que dirige la profesora Melisa Zang.
Finalizado el breve concierto el público presente recorrió el palacio apreciando y disfrutando de las bellezas del lugar.