En la tarde de ayer se desarrolló la ceremonia de egreso del curso de formación profesional de policía, lo que antes se denominaba escuela departamental de policía. Esta se cumplió frente a la entrada principal del histórico edificio ubicado sobre la plaza Independencia.
Treinta agentes integran la promoción Bicentenario de la fundación de la ciudad de Durazno, quienes, tras haber cumplido todas las instancias de capacitación, recibieron el certificado correspondiente. De esos 30, 24 serán presupuestados y los restantes 6 tendrán la función de eventuales.
El acto fue encabezado por el jefe de Policía, Crio. Gral. (R) Mag. Richard Marcenal, y comenzó con las estrofas del Himno Nacional.
Luego hubo lectura de la resolución correspondiente, entrega de los certificados de egreso y entrega de distinciones a los estudiantes. El mejor alumno en calificaciones del curso fue la agente Soledad Irigoyen; el mejor alumno en materia armas y tiro, el agente Jorge Araujo, y el mejor compañero, el agente Federico Ortiz; en este último caso, quienes eligen son los propios compañeros de tanda.

Posteriormente, el jefe de Policía hizo uso de la palabra, destacando la importancia del rol del policía en la sociedad, la responsabilidad que conlleva vestir el uniforme y los desafíos que tendrán a lo largo de la carrera que comienzan.
“Dentro del contexto del proceso de formación y capacitación del personal, la organización policial ha ido adecuando su estructura a las distintas exigencias, creando modelos de gestión pro activos y una doctrina moderna para enfrentar los nuevos problemas que genera la criminalidad organizada y la delincuencia común. Hemos asistido a un cambio metodológico y de cultura profesional.
No obstante, los verdaderos hacedores de ese cambio son los propios policías. Son ustedes quienes construyen la imagen de la policía día tras día, con su capacidad, con su esfuerzo, con la consciencia del compromiso del noble deber de ser la guardia del pueblo y con el convencimiento de que debemos trabajar en una acción integradora entre las instituciones y la sociedad en su conjunto, que es el único camino que nos conducirá al éxito social.
La dinámica de la vida actual en el ejercicio de la complejidad de la profesión policial requiere de una formación integral, que configure en el alumno el carácter y la voluntad que lo haga capaz de desempeñarse exitosamente en el desafío que le espera, y estas capacidades se fundamentan en un código de ética y valores que incluyen, entre otros, la disciplina personal, la lealtad, el valor, la honestidad y la abnegación, valores estos que van delineando su personalidad y sus hábitos de vida, haciéndole comprender que la responsabilidad de sus actos son los elementos indispensables con los que podrá labrase un buen nombre, dar ejemplo a sus subordinados y ejercer correctamente el mando”, dijo Marcenal.
Más adelante en su discurso, el jefe de Policía fue enfático al expresar: “Hemos de premiar las buenas prácticas y los actos acordes a la ética y los derechos humanos, enfrentando con firmeza la corrupción para erradicarla, fortaleciendo la disciplina operativa y la transparencia de los resultados.
El orden público en el estado social de derecho es un valor subordinado al respeto de la dignidad humana, por lo cual el fin último de la Policía, en sus diversas formas y aspectos, es la protección de los derechos humanos. Estos constituyen el fundamento y el límite del poder del policía, de forma tal que el sentido que subyace a la autoridad del policía es el de determinar cómo permitir el más amplio ejercicio de las libertades ciudadanas sin que ello afecte el orden público.
El cumplimiento de la labor policial resulta ser una función de naturaleza social y exige brindar un servicio de la más alta calidad a la comunidad, obteniendo el equilibrio entre la defensa, la promoción y la protección de los derechos humanos y la represión de las conductas no ajustadas a derecho.
Todos los esfuerzos que se hagan para vigorizar la institución policial deben estar orientados a la realización de los fines de un estado de derecho moderno y democrático. Entre esos esfuerzos y medidas que adopta el Estado para asegurar el cumplimiento de la trascendental misión de la Policía, está en primer lugar asegurar la formación profesional, moral y ética de sus integrantes, que los haga aptos para el desempeño de su misión y para asumir la responsabilidad que el deber conlleva, a fin de garantizar el mantenimiento de la seguridad y el orden.
En este sentido, queremos destacar la acción del cuerpo docente y de los conferencistas invitados por su calificada labor, por todo lo que han logrado imprimir en sus alumnos y por su compromiso con el programa de formación académica.
El proceso de capacitación de los nuevos agentes de policía continua en las dependencias a las cuales serán destinados, y es ahí donde los señores jefes y encargados deberán dirigirlos, basados en la combinación de una profunda convicción, iniciativa, inteligencia, experiencia, visión estratégica, conocimiento profundo de la tarea asignada y una búsqueda permanente de la excelencia”.
“A los nuevos agentes les decimos que todos individualmente debemos siempre reflexionar en qué cosas se esperan de nosotros. Esto nos resolverá a fortalecer y mantener el compromiso institucional, sirviendo, valorando y uniendo a la institución con nuestra sociedad. Cumplan la misión con profesionalismo, vocación de servicio, espíritu de cuerpo, voluntad y abnegación”, agregó.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando, en presencia de las autoridades y los familiares de los agentes, Marcenal les tomó juramento a los 30 nuevos agentes, ante lo cual a viva voz respondieron “¡Sí, juro!”, seguido de la Diana de Palleja y el ulular de las sirenas, junto con el aplauso de los presentes.
Entre los egresados se encuentran jóvenes de Carlos Reyles, Sarandí del Yí y ciudad de Durazno.
Momento de alto contenido emocional

Culminada la ceremonia, la cual contó con un importante contexto emotivo por culminar una etapa de muchos sacrificios para estos jóvenes y sus familias, aún quedaba otra instancia movilizadora: el Comando de Jefatura colocaría una placa en el Centro de Control Unificado (CCU) Departamental en homenaje al subcomisario Marcos Pintos, quien falleció hace unos meses.
Y así fue. Además de los integrantes de la unidad —los que se formaron en el pasillo del CCU—, se encontraban familiares del homenajeado, quienes visiblemente emocionados recordaron a quien por su capacidad profesional y humana dejó una importante huella en la institución policial y en quienes la integran.