El sindicato denuncia suspensiones arbitrarias, falta de personal calificado e incumplimientos laborales en la planta de Durazno
Una nueva medida sindical paraliza desde el miércoles 21 de mayo las operaciones del Frigorífico BPU, ubicado sobre Ruta 14, en Durazno, como parte de un conflicto que también afecta a otras plantas del grupo Minerva Foods en el país. La paralización se extenderá por 48 horas, con un paro que comenzó a las 5 de la mañana del miércoles y se mantiene este jueves 22.
El conflicto no es aislado: otras dos plantas del grupo brasileño —Frigorífico Canelones, detenido desde el pasado sábado, y Frigorífico Carrasco, paralizado desde el martes 20 de mayo— también enfrentan medidas gremiales, en lo que los sindicatos definen como una respuesta “defensiva” ante una serie de incumplimientos y situaciones que afectan los derechos laborales.
Denuncias por sanciones arbitrarias y condiciones laborales
En el caso de BPU, los reclamos son encabezados por el sindicato SOOF BPU, que señala una serie de irregularidades que motivaron la huelga. Entre las principales denuncias se mencionan:
- La falta de reconocimiento del sindicato por parte de la empresa.
- Dificultades en el área de desosado, vinculadas al ausentismo y la falta de personal calificado.
- Aplicación arbitraria de suspensiones y amonestaciones al personal.
- Incumplimientos de acuerdos firmados en actas, tanto en lo referente a la venta de carne al personal como al traslado de trabajadores desde áreas de apoyo a sectores productivos.
- Ausencia de reuniones bipartitas, a pesar de estar estipuladas en el convenio colectivo vigente.
- Violaciones a normativas de salud laboral, incluyendo el no acatamiento de decretos vigentes en la materia.
El sindicato enfatizó que estas medidas se llevan a cabo también en solidaridad con los trabajadores del Frigorífico Canelones, donde el gremio SOOFRICA se declaró en conflicto el sábado pasado tras el despido de un dirigente sindical. Según los trabajadores, el cese fue acompañado de una exposición pública del empleado, lo que entienden como una forma de escarnio.
La planta de BPU había vuelto a operar en marzo de este año, tras haber cesado su faena en agosto de 2024 a raíz de un prolongado conflicto.
En un comunicado emitido el miércoles 21, el gremio afirmó que su postura es “estar del lado del trabajador organizado”, reafirmando su convicción en la defensa de los derechos laborales frente a lo que consideran actitudes arbitrarias por parte del grupo empresarial.