En diciembre del año 1939, nuestro país fue testigo cercano de la Segunda Guerra Mundial, cuando frente a las costas de Punta del Este se desarrolló una épica batalla marítima, que enfrentó al acorazado de bolsillo alemán Admiral Graf Spee, de tecnología moderna para su época, y a los buques aliados Áyax, Exeter y Achiles.

Luego de un feroz combate, el buque alemán se dirigió al puerto de Montevideo y solicitó permiso para ingresar ya que se debía realizar reparaciones a la embarcación, curar a los heridos y sepultar a los marinos fallecidos.
Uruguay, que hasta ese momento era neutral en el conflicto bélico, otorgó el permiso y desató otra batalla: la diplomática. Finalmente, el 17 de diciembre, el acorazado, por decisión del capitán, para que no cayera en manos del enemigo, fue hundido en plena bahía de Montevideo.
Pasaron los años, y un grupo de empresarios, con los permisos correspondientes, logró rescatar el telémetro del barco que se exhibe en un museo capitalino, el ancla que se encuentra en el ingreso al puerto de Montevideo y el águila de grandes dimensiones que se exhibió al público en un conocido hotel, acompañado por charlas a cargo de destacados historiadores, y luego fue guardada en una caja de madera en custodia de la Armada, porque existía un litigio entre los empresarios y el propio Estado uruguayo sobre el destino que debía tener.
Pasaron 84 años de aquel episodio bélico, y el águila sigue dando que hablar. Su destino final parece no saberse.

La iniciativa del presidente Dr. Luis Lacalle Pou de impulsar el proyecto del artista Pablo Atchugarry para fundir dicha águila y transformarla en una paloma, como símbolo de paz, tuvo una duración de 48 horas ante la crítica de varios representantes de distintos ámbitos.
Se encontró mayor eco en la idea de que esta fuera exhibida en un museo para que la ciudadanía conozca nuestro pasado y la conducta aberrante de los seres humanos y para que sirva de ejemplo para que ese tipo de acciones que llevaron adelante los nazis no se repita.
En 2017 hubo una iniciativa
En agosto del año 2017, el Dr. Jorge Menéndez, entonces ministro de Defensa Nacional, había mantenido una reunión con representantes de diferentes partidos políticos a los efectos de analizar cuál sería el mejor destino para el águila.
Se manejaron tres opciones: la primera que se exhiba en un museo de Montevideo, la segunda que tenga como destino el museo Batalla del Río de la Plata de Sarandí del Yí y la restante que se venda en un remate y se destinen los recursos obtenidos a la Armada Nacional.
Teniendo en cuenta esta situación, el sarandiyense Santiago Icasuriaga, quien ocupaba una banca en ese entonces en la Junta Departamental, planteó la iniciativa para que se hicieran las gestiones para llevarla al museo de Sarandí del Yí, apoyando su posición en que se trata del único museo en el mundo que recuerda esa batalla de la Segunda Guerra Mundial y que alberga elementos particulares de los tripulantes del acorazado, ya que en el cuartel Paso del Rey estuvieron detenidos los alemanes.
“Fue un hecho que quedó marcado en la historia de nuestro país y, tantos años después, el enfrentamiento continúa. Esta vez, el conflicto es por un águila de bronce de cuatro toneladas y dos metros de altura que coronaba la popa del buque alemán Graf Spee, dinamitado por su capitán frente a la costa de Montevideo, durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial.
Algunos integrantes de la tripulación fueron a Buenos Aires y otros se quedaron en el Uruguay, siendo trasladados al cuartel Paso del Rey, ubicado en Sarandí del Yí, donde hoy se encuentra el museo Batalla del Río de la Plata.
En 2006 se impulsó el rescate de esta pieza por parte de Alejandro Etchegaray, y el buzo Héctor Bado fue quien dirigió las operaciones del rescate.
Desde ese momento a esta parte, esa imponente águila de bronce del temerario buque alemán permanece en una caja en un depósito de la Armada, sin que se encuentre una solución sobre si debe ser exhibida o subastada, teniendo en cuenta que su valor es millonario en dólares”, expresaba Icasuriaga hace seis años en una sesión del legislativo departamental.
Al tratarse de una pieza única en el mundo y con la finalidad de que las nuevas generaciones tengan presente parte de la historia del último gran conflicto mundial armado, que tuvo como escenario esta parte del planeta en el año 1939, es que el curul Icasuriaga pretendía que el destino fuera Sarandí del Yí para, de esa forma, terminar la polémica y darle un buen uso como elemento educativo.
“Pretendemos que sea una pieza más del museo donde ya existen otras, lo que provocaría el incremento del circuito turístico en nuestra ciudad ya que en cada oportunidad que llegan delegaciones quieren conocer ese lugar, que es parte de nuestra historia”, sostuvo.
Un cuartel con más de 100 años de historia y la atracción turística que puede generar
El emblemático edificio ubicado a las afueras de la ciudad de Sarandí del Yí, tiene más de 100 años y está bajo la égida del Regimiento Tte. Gral. Pablo Galarza de Caballería Blindado 2.
En cada aniversario de su creación, era común ver a los marinos alemanes sobrevivientes que estuvieron allí detenidos y que luego se afincaron en nuestro país y formaron sus familias.
Tiene una enorme importancia por el contexto histórico que representa. Incluso el proyecto de restauración y remodelación al que fue sometido hace algunos años tuvo su origen en la iniciativa presentada por el equipo de Desarrollo Local, que con el propósito de rescatar los elementos históricos que posee la ciudad e impulsar ideas y esfuerzos para el desarrollo de esta hizo llegar el interés al respecto.
Hoy es visitado por innumerables ciudadanos uruguayos y extranjeros debido a que allí se encuentran el museo de la unidad y el museo Batalla del Río de la Plata, único en nuestro país dedicado al episodio ocurrido en aguas territoriales, considerado el último combate naval de la historia donde se enfrentaron buque contra buque dos navíos ingleses, el Áyax y el Achiles, y el navío neozelandés Exeter contra el acorazado de bolsillo alemán Admiral Graf Spee.
Con el hundimiento del Graf Spee, los integrantes de su tripulación y los de su buque de apoyo Tacoma permanecieron detenidos en ese histórico edificio sarandiyense.
Con el transcurrir del tiempo, el acervo de dicho museo se fue acrecentando, con la llegada de la bocina del Tacoma y la entrega en custodia, por parte de los familiares de los marinos alemanes, de una pistola Luger y sus uniformes.
De concretarse la exhibición del águila en el museo ubicado en Sarandí del Yí, al estar en un predio militar, la seguridad está garantizada y, por otro lado, puede generar una atracción turística a nivel nacional, pero por sobre todo internacional, ya que existe un importante mercado de turismo histórico en distintos puntos del planeta, que puede verse atraído por esta pieza, que es controversial, pero que también refleja parte del pasado de la humanidad.
Aprovechando esas circunstancias, el departamento de Durazno y en particular la ciudad de Sarandí del Yí se pueden ver beneficiados.