La nueva terminal de Durazno fue cuestionada por varios ediles por su tamaño, accesibilidad, costos para los usuarios y por no haber sido suficientemente consultada. El legislativo convocó al intendente y empresarios a brindar detalles del proyecto.
La futura terminal de ómnibus y shopping de Durazno, cuyo inicio de obras está previsto para fines de junio, fue fuertemente cuestionada en la última sesión de la Junta Departamental. El proyecto, impulsado por la Intendencia en conjunto con inversores privados, incluye una concesión del espacio por 50 años, pero según varios ediles, la iniciativa ha sido poco transparente, insuficientemente discutida, y afectará tanto a usuarios como a comercios locales.
“A próximas generaciones les vamos a dejar una terminal pequeña, incómoda y de difícil acceso”, advirtió el edil nacionalista Gabriel Díaz Landoni, una de las voces más críticas durante la sesión del jueves. El curul afirmó que no se conocen los planos definitivos, que la operativa se encarecerá y que los comerciantes locales serán desplazados.
Falta de información y participación
Por unanimidad, el Cuerpo resolvió convocar al intendente y a representantes de la empresa a la Junta para exponer en sala los detalles del proyecto. Díaz Landoni señaló que ni los legisladores ni muchos vecinos saben realmente cómo será la nueva terminal y sus alrededores. “Fue una obra inconsulta con el Legislativo”, aseguró.
Relató que recién tomó conocimiento parcial del proyecto cuando técnicos de la firma visitaron la Comisión de Tránsito. Allí se enteró, con sorpresa, de que se vallarán áreas que hoy permiten circulación, y que el nuevo diseño vial implicará cambios de sentido de calles como Navatta, Gallinal y Latorre, con efectos negativos para empresas locales.
Costos para los duraznenses
Uno de los puntos más sensibles es el encarecimiento de los pasajes. Según Díaz Landoni, al tratarse de una terminal privada, los usuarios deberán pagar toque de andén y tasa de embarque, lo que elevará el precio de los boletos. “Hoy no se paga nada, y pasaremos a pagar dos conceptos”, enfatizó.
También criticó la demolición del restaurante Pan y Vino, que será reemplazado por un espacio del shopping. “Un comerciante local que queda fuera, igual que otros que están dentro de la actual terminal, salvo que paguen cifras que difícilmente puedan afrontar”.
Impacto sobre el entorno comercial
La reconfiguración urbana de la zona también preocupa. Díaz Landoni advirtió que el nuevo esquema de tránsito dejará a negocios como la barraca Caddy encerrados entre calles mal conectadas. “Matamos una empresa local que genera trabajo. Ya habíamos matado la gomería cuando dejamos que el Ferrocarril Central hiciera lo que quiso”, sentenció.
Sobre el funcionamiento durante las obras, informó que los ómnibus saldrán por Guernica y Apolo, y que se cambiarán los sentidos de varias calles.
Críticas compartidas
Otros ediles respaldaron los cuestionamientos. El colorado Fernando Parodi dijo que el proyecto “debió discutirse con mayor profundidad”, mientras que la frenteamplista Laura Baldenegro pidió analizarlo “en detalle”. El cabildante Guillermo Gurbindo consideró clave que la empresa asista a sala: “la mayoría no conocemos los detalles”.
El orejano José Rizzo se mostró preocupado por el espacio para encomiendas, y por la accesibilidad. “Parecería que no será tan cómodo como se prometió”, expresó.
Desde el FA, el socialista Pablo Revello respaldó el proyecto pero pidió claridad: “No comprendo qué es lo que se quiere cambiar”. El nacionalista Francisco Valetta fue en la misma línea, recordando que hubo un proceso licitatorio con condiciones definidas y que ahora “no es tan fácil cambiar los planos”.
Matices desde la presidencia
La presidenta de la Junta, Virginia Burgues, también nacionalista, expuso matices. Señaló que el toque de andén ya es habitual y que la empresa ya brindó una exposición abierta a la cual fueron invitados todos los ediles. “Lamentablemente, fuimos pocos”, recordó.
Respecto a la circulación en la zona, aclaró que Guernica seguirá siendo de doble mano, en respuesta a la inquietud sobre la barraca Caddy.
Una obra millonaria, con muchas dudas
El proyecto incluye un shopping de 39 locales, estacionamiento para 150 autos, y un sector específico para tres ómnibus en descanso y vehículos de reparto. La terminal ocupará menos del 10% del total de la construcción. No está confirmado si tendrá espacio techado para los usuarios ni detalles sobre accesibilidad para personas con movilidad reducida.
“Durante 50 años los empresarios harán lo que se les ocurra”, sentenció Díaz Landoni. “Estamos a tiempo de revisar. Los planos no están aprobados y espero que no haya presiones para que lo sean de inmediato”, concluyó.