Impulsado por incentivos fiscales, el departamento se consolida en la expansión del riego tecnificado
Entre 2020 y 2024, Uruguay duplicó la importación de equipos de riego por aspersión respecto al período 2015-2019, reflejando una clara expansión en esta tecnología. Durazno es una de las zonas con mayor crecimiento en la instalación de sistemas de riego por pivote central, junto a Paysandú, Río Negro, Soriano, San José, Flores, Florida, Rocha, Rivera y Lavalleja.
El director de Recursos Naturales del MGAP, Martín Mattos, destacó que este desarrollo es impulsado por los incentivos fiscales de la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (COMAP), lo que ha facilitado la adopción de estos sistemas en el sector agropecuario.
Impacto y beneficios en el agro
El avance del riego tecnificado fortalece la seguridad en la producción agropecuaria, fomenta la inversión y expande el conocimiento técnico. Para consolidar este crecimiento, Mattos propuso una legislación similar a la Ley de Riego de Chile, que amplía incentivos no solo a contribuyentes del IRAE, sino también a quienes tributan por IMEBA, permitiendo que más productores accedan a esta tecnología.
En Chile, la reciente modificación de la Ley de Riego en 2023 extendió su vigencia por siete años, enfocándose en la pequeña y mediana agricultura, promoviendo un desarrollo sostenible con mayor eficiencia hídrica.
Inversión y desafíos pendientes
En Uruguay, la inversión en un sistema de riego por pivote central se estima en 4.000 dólares por hectárea, incluyendo infraestructura y captación de agua. A pesar del alto costo, los beneficios fiscales permiten amortizar la inversión en 4 a 5 años, volviéndola una opción rentable para mejorar la productividad.
Sin embargo, el crecimiento del riego tecnificado enfrenta desafíos como la necesidad de tendido eléctrico para abastecer los sistemas, además de mejoras en infraestructura vial y logística para facilitar su expansión y mantenimiento.