Fueron decenas de kilómetros caminando bajo el sol, soportando la lluvia y el viento, peregrinando para llegar al punto donde la imagen de la Virgen de los 33, Patrona del Uruguay, recibió a miles de personas el fin de semana pasado.

Un grupo de peregrinos partió el jueves desde la ciudad de Durazno, un día más tarde partió desde Puntas de Maciel para recorrer 29 km caminando junto a la imagen de la Patrona del país, Virgen de los Treinta y Tres, y así llegar hasta La Cruz, y en una última etapa el arribo a la ciudad de Florida.

“Más allá del cansancio y las secuelas propias de la caminata bajo el sol, el amor a Dios y a nuestra Madre, la Virgen María, los anima y sostiene en su peregrinar”, señaló la Diócesis Florida – Durazno.
La primera jornada culminó en la ciudad de Sarandí Grande, donde, luego de recorrer 29 km a pie, celebraron con la eucaristía en la parroquia Nuestra Señora del Pilar, presidida por el padre Érico Fetcher.
Ya el fin de semana prosiguieron su marcha hacia el pueblo La Cruz, desde donde partieron para culminar su peregrinación a los pies de la Virgen, en la catedral de la ciudad de Florida.
Muchos peregrinos realizaron recorridos similares para ser parte de la peregrinación nacional a su santuario, el último domingo.
La lluvia y la fe
Esta vez el pronóstico no falló, la lluvia tan anhelada no se hizo esperar…, pero los peregrinos tampoco.
A pesar de las inclemencias del tiempo, el domingo, una multitud de personas se acercaron a demostrarle su amor y devoción a la Virgen de los Treinta y Tres.
“La fe y el amor a la Madre movilizó a estos peregrinos que desde todos los rincones del país viajaron bajo lluvia para llegar a su encuentro. Trayendo sus intenciones y la de tantos que se confiaron a sus oraciones, transmitían su alegría, su devoción y el amor a la Virgen en cada gesto compartido”, se resumió la jornada desde la Diócesis Florida – Durazno, que dirige el obispo monseñor Martín Pérez Scremini.
En una jornada lluviosa, el pueblo uruguayo peregrinó una vez más al Santuario Nacional de la Virgen de los Treinta y Tres. Dadas las inclemencias del tiempo, la eucaristía se celebró dentro de la catedral. Cientos de peregrinos colmaron el templo, y muchos quedaron afuera, participando de la celebración bajo sus paraguas.
Antes de la eucaristía, presidida por el cardenal Daniel Sturla, y concelebrada por la Conferencia Episcopal del Uruguay, fueron llegando las delegaciones de fieles de diferentes comunidades del país, entre estas la comunidad de Durazno.