Una carta presentada en la Junta Departamental de Durazno expresa la preocupación de residentes de la zona por ruidos, aglomeraciones y pérdida de tranquilidad a causa de actividades deportivas y bailes en el predio de calle Martín Salaberry.
Durante la última sesión de la Junta Departamental de Durazno se dio lectura a una carta firmada por vecinos del barrio Tabaré, quienes manifestaron su malestar por la situación generada en el predio conocido como “La Casona del Unión”, ubicado sobre calle Martín Salaberry.
Según exponen los residentes, en el lugar —que funciona bajo un contrato de comodato— se han instalado canchas de fútbol y pádel, además de un local abierto donde se realizan bailes y eventos los fines de semana, lo que ha alterado profundamente la convivencia barrial.
“Se perdió la tranquilidad del barrio”
Los vecinos señalaron que las actividades se desarrollan todos los días de la semana, incluyendo la noche y la madrugada, generando ruidos intensos, gritos, bocinas y música a alto volumen. La situación afecta especialmente a familias con niños pequeños y personas mayores.
“Desde que comenzaron estas actividades se ha perdido la tranquilidad del barrio”, expresa la nota, que cuenta con la firma de numerosos vecinos.
También advirtieron sobre la falta de privacidad, ya que las canchas fueron construidas a escasos metros de las viviendas, sin muros ni cercos, lo que permite la visualización directa hacia los fondos de las casas.
Indicaron que se han realizado denuncias al 911 por ruidos molestos, sin obtener respuestas, y que recientemente comenzaron nuevas obras y movimientos de tierra para ampliar las instalaciones, lo que generó mayor preocupación entre los residentes.
Reclamo de controles y cumplimiento de normas
En la carta se citan diversas normas aplicables a este tipo de situaciones, entre ellas la Ley N.º 17.852 sobre prevención de la contaminación acústica, el decreto departamental 1190/97, que fija los niveles máximos de decibeles permitidos, y el decreto 2665/2004, que regula horarios y condiciones de actividades públicas.
Los vecinos solicitaron que se verifique el cumplimiento de las reglamentaciones vigentes, los permisos de construcción y habilitaciones correspondientes, y que se adopten medidas que garanticen la convivencia, el descanso y la seguridad del barrio.
Derivación a las autoridades
La Junta Departamental resolvió remitir el planteo al Ejecutivo Departamental, a la Dirección de Servicios, a la Jefatura de Policía de Durazno y a la Comisión de Derechos Humanos, con el fin de que se realicen los controles pertinentes y se evalúen posibles soluciones.
“El pedido de los vecinos es simple: recuperar la tranquilidad, el descanso y la privacidad que el barrio siempre tuvo”, expresa la misiva.











