Durante el Día Mundial de la Salud Mental, Durazno fue escenario de una jornada de concientización y reclamo. Organizaciones denunciaron la falta de recursos para cumplir la promesa de cierre de manicomios antes de 2029 y pidieron coordinación intersectorial urgente.
Mientras la Plaza Sarandí se llenó de arte y reflexión, colectivos advirtieron que sin voluntad política ni fondos concretos, la atención seguirá dependiendo del esfuerzo de las familias.
El pasado 10 de octubre, la Plaza Sarandí se convirtió en el punto de encuentro para una jornada de concientización, reflexión y reclamo en el marco del Día Mundial de la Salud Mental. La actividad, organizada por la Asociación de Familias y Amigos de Pacientes con Trastornos Severos Persistentes de Durazno (AFAPD), reunió durante toda la jornada a vecinos, artistas y estudiantes que se sumaron al llamado por una atención más humana y accesible.
Desde las 9:30 hasta las 17:00 horas, el espacio público fue escenario de una propuesta cargada de simbolismo: música, danza, lectura de proclamas y una participación activa de los liceos locales. La presentación de Wendy Romero, la actuación de coros y comparsas, y los mensajes de reflexión marcaron una instancia que, más allá del color y la alegría, puso sobre la mesa una preocupación profunda: el futuro de la atención en salud mental en Uruguay.
“Fue una jornada destinada a generar conciencia sobre la importancia del bienestar emocional y psicológico, pero también a reclamar que los recursos acompañen los discursos”, expresaron desde la organización.
Reclamo por recursos y voluntad política
En paralelo, la Federación de Organizaciones de Familiares por la Salud Mental (Caminantes) emitió un comunicado en el que expresó su preocupación por el insuficiente presupuesto que se discute actualmente en el Parlamento.
Si bien reconocen algunos avances —como los fondos para programas de prevención del suicidio y capacitación en atención primaria— advierten que los montos asignados son insuficientes para cumplir con la meta oficial de cerrar los manicomios en 2029.
El colectivo calculó que serían necesarios entre 6 y 8 millones de dólares para abrir los 25 servicios residenciales y de “medio camino” que reemplazarían a las colonias psiquiátricas y al Hospital Vilardebó.
“No lo hemos visto asignado en ningún inciso. Si no hay presupuesto real, el cierre será solo una promesa vacía”, advirtieron.
También reclamaron la instalación inmediata de la Mesa Intersectorial de Salud Mental, para coordinar respuestas en temas urgentes como listas de espera, atención en emergencias y protocolos de seguridad.
“Sin coordinación nacional y voluntad política, los esfuerzos locales no alcanzarán”, señalaron.
Salud mental desde la primera infancia
En forma paralela, otra instancia se desarrolló en Sala Lavalleja, centrada en la salud mental en la primera infancia. Allí participaron representantes de ASSE, INAU, ANEP, MIDES y centros privados, con exposiciones de la Dra. Magdalena García Trovero y María Ellena Mizrahi, quienes abordaron la necesidad de un enfoque integral y preventivo desde los primeros años.
🧠 En cifras: la salud mental en debate
| Indicador | Situación actual |
|---|---|
| Personas internadas en colonias y Vilardebó | Cerca de 500 |
| Servicios residenciales requeridos | 25 en todo el país |
| Costo estimado del cierre de manicomios | USD 6–8 millones |
| Fecha prevista de cierre total | Año 2029 |
| Presupuesto adicional anunciado | 250 millones de pesos uruguayos |











