En Durazno, decir Nossar es como decir Yí, Plaza, Camping o Feria. Está en el ADN de Durazno. Desde hace cien años, los ómnibus verde y amarillo —con esas dos bandas horizontales que ya son parte del paisaje— vienen y van llevando historias, abrazos, esperas y despedidas.
Cuántos gurises se habrán subido con los nervios de la primera vez que iban a estudiar a Montevideo. Cuántas novias y novios viajaron para reencontrarse los fines de semana. Cuántos padres esperaron en la terminal, reloj en mano, sabiendo que “ya viene el coche de Nossar”. Y cuántos regresos emocionados, con banderas flameando, después de un campeonato ganado o de un festival en el que Durazno estuvo presente.
La historia comienza allá por 1925, cuando los hermanos Nossar pusieron en marcha un sueño con apenas unos coches de alquiler. En 1937 llegaría el primer ómnibus, y desde entonces el camino fue siempre hacia adelante. En 1958 inauguraron el servicio urbano de Durazno; en 1971, la línea hacia La Paloma —ese pueblo escondido en el noreste del departamento, cerca de donde el arroyo Cordobés desemboca en el Río Negro—; y en 1977, la conexión directa con Montevideo.
Desde entonces, el mapa se fue pintando de verde y amarillo. Hoy Nossar cruza el país de norte a sur y de este a oeste, con líneas que van desde Rivera a Buenos Aires y desde Punta del Este a Salto, pasando por Colonia, que tiene en la empresa un vínculo directo con el corazón del país.
En Durazno, la firma se consolidó como la cara visible del transporte departamental, brindando el servicio urbano y siendo pionera en el interior del país en incorporar buses eléctricos, adelantándose a los tiempos y marcando tendencia.
Pero la verdadera riqueza de Nossar no está solo en las rutas, sino en las historias que viajan dentro de cada coche. Porque si hablamos de la Roja del Yí, tenemos que hablar de Nossar.
¿Cuántas veces las selecciones de Durazno subieron a sus ómnibus rumbo a una final? ¿Cuántas vueltas olímpicas regresaron en esos asientos, con hinchas colgados de las ventanillas y bocinas sonando al entrar al pueblo? Lo mismo ocurrió con escuelas, coros, comparsas, delegaciones deportivas y grupos de amigos que confiaron en la empresa para representar a Durazno a lo largo y ancho del país.

Hoy, la posta la lleva Gabriel Nossar, tercera generación de una familia que siempre se mantuvo al pie del volante. Es hijo de Pablo, el querido “Quelo” (fallecido en 2023), y nieto de don Felipe, fundador de la empresa. Bajo su conducción, un equipo de más de 160 trabajadores mantiene viva la tradición y proyecta el futuro.
Este año ya se incorporaron cuatro nuevas unidades, y en breve llegará otra de 60 plazas semi cama, con dos baños y comodidades de última generación, un nuevo paso en la mejora del servicio.
A ello se suma otro de los grandes pilares de la empresa: el servicio de encomiendas. No hay duraznense que no haya mandado o recibido un paquete por Nossar. Desde hace años, la firma ofrece además reparto a domicilio, facilitando la vida de miles de familias, comerciantes y empresas. Así como trasladan pasajeros, también acercan productos, encargos y necesidades de un rincón a otro del país, con la misma seriedad, puntualidad y compromiso que distinguen su historia.
Hoy, cuando Durazno celebra 204 años de fundación y Nossar cumple 100 de vida, queda claro que ambas historias están entrelazadas: una ciudad que creció de la mano de una empresa que la acompañó en cada paso.
Y al mirar hacia adelante, lo hace con la certeza de que, mientras haya caminos por recorrer, habrá un coche verde y amarillo de Nossar listo para llevarnos a destino.
Desde 18 y Oribe a la Terminal, y de Morquio al acceso Sur
En el acceso Sur de Durazno, Nossar cuenta con sus talleres propios, que hasta hace pocos años funcionaban en calle Morquio, entre Oribe y Eusebio Píriz.
Se trata del verdadero corazón operativo de la empresa, donde no solo se realizan tareas de mantenimiento de motores, sino también trabajos de carrocería, chapa y pintura, asegurando que cada unidad esté en condiciones óptimas para recorrer rutas largas y exigentes.
El predio cuenta además con una estación de combustible propia, lo que permite una logística más ágil y controlada, garantizando que los ómnibus estén siempre listos para salir a ruta y brindar un servicio seguro, eficiente y confiable a todos los pasajeros y encomiendas que confían en la empresa.
LÍNEA DE TIEMPO
- 1925: Fundación por los hermanos Felipe, Miguel y Pablo Nossar, con coches de alquiler.
- 1937: Llega el primer ómnibus.
- 1958: Inicio del servicio urbano en Durazno.
- 1971: Se incorpora la localidad de La Paloma (Durazno).
- 1977: Se inaugura el servicio directo Durazno–Montevideo.
- 1998: Llegada de los primeros doble piso que fueron presentados en la terminal.
- 2000 en adelante: Expansión de líneas a Rivera, Salto, Colonia, Punta del Este y Buenos Aires.
- 2023–2024: Pioneros en el interior con buses eléctricos en el servicio urbano.
- 2025: Incorporación de cuatro unidades nuevas y la inminente llegada de un ómnibus de 60 plazas











