¿Qué pasa cuando la curiosidad infantil se convierte en ciencia? Villasboas y San Jorge lo demostraron con proyectos que inspiran 💧🌳
Continuando con la difusión de los trabajos de investigación presentados durante la 40° edición de la Feria Departamental de Clubes de Ciencias, compartiremos en esta edición dos nuevas propuestas que llegaron desde el interior, concretamente de la Escuela N.º 49 de Villasboas y N.º 34 de San Jorge, donde abordaron la problemática de los árboles invasores y la calidad del agua.
Especies de árboles invasores en Villasboas: niños y docentes se preocuparon y ocuparon
En la categoría “Colibrí”, área científica, alumnos de la Escuela N.º 49 de Villasboas, nucleados en el club “Los Chalchales”, realizaron una investigación titulada “Árboles invasores en la Escuela de Villasboas”.
El punto de partida fue la observación de que el monte de la escuela se estaba “acercando”. Allí descubrieron la presencia de árboles exóticos invasores y concluyeron que, para controlarlos de forma amigable con el ambiente, debían extraerlos.
“El ligustro nos invadió mucho y nosotros comenzamos la investigación cuando vimos que el monte se nos estaba acercando a la escuela y la pregunta que nos hicimos fue cómo controlar a los árboles exóticos invasores. Hicimos extracción manual cuando los árboles medían de un metro para abajo y los más altos se cortaron de otra forma. Nosotros los niños realizamos la extracción de los árboles chicos y los padres trabajaron con los más grandes”, explicó Lautaro.
La observación fue clave:
“La verdad que era una selva, ahora está mucho más lindo y todos los niños hicimos casas en los árboles”, comentó orgulloso junto a la maestra Iris Noelia Rodríguez.
Con esta investigación, niños, docentes, padres y vecinos demostraron compromiso ambiental, pasando del diagnóstico a la acción.
San Jorge y la calidad de su agua

“Investigando el agua que bebemos” fue el proyecto del club “H20 Power” de la Escuela 34 de San Jorge, en la categoría “Churrinche”, área científica.
El tema surgió porque los habitantes no estaban conformes con la calidad del agua que consumen. Para ello, realizaron encuestas a vecinos y consultas al médico de la policlínica y al responsable de OSE.
“Nuestro proyecto se basa en el agua que tomamos en nuestras casas. Escuchamos que los vecinos comentaban que el agua era ‘intomable’, que sobraba mucho cloro. Entonces realizamos encuestas sobre consumo de agua embotellada, de OSE, uso de filtros y percepción de calidad”, explicó Marisol.
Los resultados mostraron que muchos consumen agua de OSE, aunque varios preferirían otra opción si la economía lo permitiera.
Martina agregó:
“El médico nos dijo que en nuestra localidad habían muchas enfermedades como las piedritas en los riñones. Luego, el encargado de OSE explicó que mezclaban 50 % agua con 50 % cloro, que el agua proviene de un pozo de más de 70 metros de profundidad, y que las cañerías tienen 98 años, la misma edad del pueblo. Eso también afecta la calidad”.
La exposición incluyó pruebas claras: una jarra eléctrica con sarro y mates preparados con agua de OSE y agua embotellada, donde se evidenciaban diferencias notorias.
Este trabajo se transformó en un llamado de atención a las autoridades sobre la importancia de mejorar la calidad del agua y cuidar la salud de la población.











