Según el sindicato, el local fue alquilado mediante un contrato formal para un evento privado con un grupo reducido de personas, bajo estrictas normas de convivencia y mantenimiento del espacio. Sin embargo, el acuerdo fue incumplido: en lugar de un encuentro privado, se realizó una fiesta clandestina con decenas de asistentes, durante la cual se produjeron graves incidentes, incluido el disparo a un menor de edad.
AUTE Durazno enfatizó que “el único responsable de la situación es quien alquiló el local de manera fraudulenta, no el sindicato”. Además, aseguró que no promovió ni organizó el evento y que tomó medidas legales para resarcir los daños materiales ocasionados durante la jornada. Entre estas medidas se incluye la prohibición total de futuros préstamos o alquileres del espacio a los responsables y su entorno.
El sindicato reafirmó que su sede seguirá siendo un espacio de encuentro, organización y solidaridad sindical, y reiteró que cuenta con respaldo legal para resguardar la integridad de sus afiliados y de sus instalaciones.











