Este 10 de agosto, como cada año, la Fuerza Aérea Uruguaya conmemoró el Día de los Mártires de la Aviación Militar, instaurado en 1938 en recuerdo del fallecimiento del Capitán Juan Manuel Boiso Lanza, precursor de la aviación militar uruguaya y primer mártir de esta fuerza. El oficial perdió la vida el 10 de agosto de 1918 en un accidente aéreo durante un vuelo de entrenamiento en Pau, Francia, sin abandonar su puesto y luchando hasta el último instante por recuperar el control de su aeronave.

En la Brigada Aérea II de Santa Bernardina, Durazno, se realizó una sencilla pero emotiva ceremonia junto al monolito que recuerda a los caídos de la unidad. El acto fue encabezado por el Cnel. (Av.) Shandelaio González y el Tte. Cnel. (Av.) Pablo Souza, con la participación del Cap. (Av.) Marcelo Casas, encargado de elaborar y leer un discurso alusivo.
Casas repasó la historia de la fecha y subrayó el legado de Boiso Lanza, así como del Teniente 2º Mario Walter Parallada, primer aviador mártir duraznense, destacando que “volar no es solo dominar una máquina; es aceptar el riesgo por una causa mayor”. En su mensaje final, el piloto expresó que “cada vuelo debe ser un tributo y cada misión un acto de gratitud”, recordando que el uniforme “no es solo una prenda, sino una promesa”.
Acto central en Montevideo
En la capital, el acto central tuvo lugar en el Panteón de la Fuerza Aérea en el Cementerio del Norte. Fue encabezado por la ministra de Defensa Nacional, Sandra Lazo, y el comandante en jefe de la FAU, Gral. del Aire Fernando Colina. La ceremonia incluyó la ejecución de la Marcha Fúnebre de la Fuerza Aérea Uruguaya por parte de la Banda de Músicos, la lectura de un discurso a cargo del Cnel. (Av.) Wiliams Veistaras y la colocación de una ofrenda floral. Como cierre, una formación de aeronaves de la Escuela Militar de Aeronáutica sobrevoló el lugar.

















