Las gremiales de funcionarios municipales de todo el país se reunieron en el segundo Congreso Nacional de la Federación Nacional de Empleados y Obreros Municipales (FNM), con delegados de Durazno y de otras intendencias, para avanzar en la reconstrucción de la unidad sindical y definir una plataforma de reivindicaciones a nivel nacional.
El encuentro, con la participación de alrededor de 60 delegados, fue encabezado por el secretario general de la FNM, Damián Márquez, quien advirtió sobre la gravedad de las tercerizaciones, las malas administraciones y la corrupción naturalizada en varios departamentos del interior.
Entre los principales reclamos está la instauración de un salario mínimo municipal en todo el país. Márquez aclaró que no se busca un salario único, dada la diversidad territorial, sino un piso mínimo que garantice condiciones dignas para todos los trabajadores municipales.
También se propuso impulsar el ingreso a las intendencias mediante concursos o sorteos, avanzar en la carrera funcional, asegurar la capacitación continua y erradicar las prácticas clientelistas que predominan en las designaciones laborales. “Hay que terminar con esa política del interior profundo que se maneja como si fuera una estancia”, afirmó Márquez, enfatizando la necesidad de concursos transparentes para mandos medios con garantías laborales.
Los delegados expresaron su intención de concretar una reunión formal con el Congreso de Intendentes, un paso aún pendiente pese a los convenios marco existentes. “Sería algo histórico”, señaló Márquez, destacando el rol del PIT-CNT y del Ministerio de Trabajo, con quienes ya se han mantenido conversaciones para elaborar una hoja de ruta conjunta.
En cuanto a los problemas estructurales, Márquez criticó la autonomía constitucional que permite a las intendencias tercerizar servicios mediante empresas unipersonales, frecuentemente ligadas al amiguismo político. Advirtió que, pese a la legislación vigente, existen “ventanas abiertas” para estas prácticas, por lo que planteó la necesidad de una reforma constitucional para limitar esta autonomía excesiva.
Por último, los delegados manifestaron su preocupación por los atrasos en pagos salariales y el mal manejo de fondos en algunas intendencias, citando casos emblemáticos como Artigas y Soriano. Señalaron además el débil rol de las Juntas Departamentales como órganos de control y denunciaron la presión política que distorsiona el funcionamiento institucional en el interior del país.
“El mundo del interior es una realidad que cuesta comprender en Montevideo. Te mandan como en una estancia y pasa eso”, concluyó Márquez, quien insistió en que erradicar las tercerizaciones, el amiguismo y la corrupción debe ser parte central del proceso de reconstrucción sindical y de las futuras negociaciones con autoridades.











